Hay más oro en la veta Abraham

Remeros

Ignacio Abraham y Christopher Kalleg ganaron el octavo oro chileno en Lima, el segundo del remo, en una final infartante.



Fue con la última palada, cuando la agitación de dos mil metros de regata está a su máxima expresión. Justo, con el corazón queriendo salir del pecho, Ignacio Abraham (22 años) y Christopher Kalleg (20) sacaron la diferencia de 68 centésimas sobre Brasil, para consagrarse campeones panamericanos del dos remos largos peso libre y, además, darle a Chile su octavo oro en los Juegos de Lima 2019.

En esta disciplina no existen las estrategias. Se entrega todo desde el primer hasta el último golpe en el agua. Y en una carrera de esta distancia se realizan entre 250 y 300. Exigente al máximo, un reto al aguante, si se piensa que ya en la décima palada (según relatan lo expertos) comienza el ahogo por el esfuerzo.

Unos segundos para recuperar el aire, para dejar de ver borroso por el esfuerzo y a partir de ahí, la fiesta. La pequeña barra instalada a orillas de la laguna Albúfera de Medio Mundo, vuelta loca de emoción. Por el metal y, especialmente, por la forma en que se obtuvo. El color rojo nuevamente en la cima del podio, con un apellido que se repite: Abraham. Ignacio, uno de los cuatrillizos más famosos del remo nacional, que el jueves ya habían alcanzado el dorado, con el triunfo de las hermanas Antonia y Melita.

"Esto es un alivio tremendo, sentimos mucha felicidad. Entrenamos tanto para esto y salió por fin. Así que es mucha la felicidad", comentó el tercer Abraham campeón en Perú. La gloria del primer lugar ya no les pertenecía únicamente a las dos mujeres del cuarteto que nació en Concepción (San Pedro de La Paz), el 7 de julio de 1997.

Ignacio, el dos de la embarcación nacional, fue el complemento perfecto de Kalleg, quien ocupa la posición uno. El valdiviano, del club Phoenix, tiene la función clave de llevar el ritmo. Abraham es quien debe seguirlo y la coordinación debe ser perfecta, para que el bote se mantenga en una línea recta imaginaria, sin perder velocidad. Ni Brasil ni Argentina, terceros en la final, pudieron con la tarea de los chilenos.

Rumbo a Tokio 2020

"Estoy muy contento por el resultado y ahora tenemos que seguir entrenando por más", expresó después el remero, entusiasmado por el triunfo por la juventud de la tripulación. Y tiene razón el sureño, porque tiempo para el descanso no hay. Chile se traslada en masa a Bañolas (España), a preparar el camino a los Juegos Olímpicos. "Serán dos semanas en las que vamos a seguir la puesta a punto para el Mundial (25 de agosto al 1 de septiembre, en Austria), donde esperamos quedar dentro de las 11 plazas para clasificar a Tokio 2020", explicaron los remeros, con el oro al cuello y, lo más importante, con la ilusión a tope.

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