Matagigantes
Entrar al cuadro en Barcelona como 'lucky loser' le importó poco a Nicolás Jarry, quien mantuvo sus números positivos ante top 10 y derrotó sorpresivamente a Alexander Zverev, tres del mundo. También ganó Christian Garin al eslovaco Martin Klizan.
Tener números positivos ante jugadores top 10 es algo que pocos tenistas pueden decir en el planeta. Nicolás Jarry es uno de ellos. Ayer, el número 81 del mundo se paró de igual a igual ante Alexander Zverev y lo derrotó en la segunda ronda del ATP de Barcelona, por 3-6, 7-5 y 7-6 (5) en dos horas y media de un entretenido partido.
El alemán es el tres del ranking y segundo preclasificado del campeonato; el chileno, un lucky loser (perdedor de la qualy que entra por sorteo tras la baja de un jugador).
Es cierto que el nieto de Jaime Fillol ha jugado solo cuatro partidos ante jugadores entre los 10 mejores del orbe y compararlo con los grandes de Chile, que jugaron decenas, es injusto, pues evidentemente aquellos no tienen récord a favor. Pero también es cierto que ninguno de los mejores de la historia ganaron a los top 10 en sus primeros cuatro duelos. Fernando González se impuso en uno, mientras que Marcelo Ríos y Nicolás Massú perdieron esos cuatro primeros choques estelares. Para Jarry, los grandes triunfos llegaron temprano, por lo que las victorias sobre Dominic Thiem (8º por esos días) en Hamburgo 2018; Marin Cilic (6º) en Shanghai 2018 y Zverev (3º), ayer, convierten al nacional en un matagigantes. La única caída fue hace tiempo, en 2016, contra David Ferrer (6º).
De paso, hacía 10 años que ningún criollo derrotaba a un top 3, desde que González se impusiera sobre Andy Murray en los cuartos de final de Roland Garros.
Lo de ayer en el Conde de Godó fue lleno de emociones. Es cierto que el primer set fue todo para el europeo, pero en la segunda manga apareció un Nicolás Jarry que le importó poco quién tuviera enfrente. A su vez, Zverev comenzó a desconcentrarse al ver cómo le contestaban los servicios y se exigió al máximo para intentar saques incontestables.
Desde la segunda manga, Jarry mejoró su propio saque. Pocos errores y un juego que sacó aplausos llevó al juego a un tie break. Jarry no se desesperó cuando el germano tuvo punto de partido e incluso dio vuelta un desempate donde partió 0-3 abajo, con dos miniquiebres entregados.
Jarry se desahogó, tal como ante Marcel Granollers, con un fuerte grito en cancha.
"Desde el fondo Zverev no estaba jugando a nada, por eso en el tercer set se vio que yo tenía el control. Estaba buscando mi error y no lo consiguió. La clave fue neutralizar su servicio y atacarle el segundo saque. Eso me dio mucha ventaja", comentó Jarry tras el partido.
"Estoy tratando siempre de tomar el control del punto y lo puedo hacer contra cualquiera, eso lo tengo claro. Sé que muchas veces no va a resultar, pero cuando estoy tranquilo y con la cabeza centrada se pueden hacer muchas cosas como estas", agregó el chileno.
El siguiente rival de Jarry será el ganador del partido de hoy entre el búlgaro Grigor Dimitrov (43º) y el español Fernando Verdasco (37º).
Tanque, con Shapovalov
En racha está el tenis nacional, una premisa que se tejió ayer paralelamente, pues casi a la misma hora del inicio del partido de Jarry, Christian Garin (48º) enfrentaba al eslovaco Martin Klizan (47º), que finalmente ganó el iquiqueño, por 7-5 y 6-4.
No fue un partido especialmente bueno el de los top 50, pues hubo muchos errores y quiebres de servicio, más entregados que ganados por el rival.
El chileno no partió bien, estaba 3-5 abajo, pero renació para quedarse con el set por 7-5. El envión siguió en la segunda manga y Garin se puso 3-1 y 4-1 arriba para encaminar la victoria.
Garin juega hoy cerca del mediodía contra el canadiense Denis Shapovalov (20º), quien lo derrotó en la Copa Davis de 2016, la única vez que se han medido.
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