El tres de julio de 2022 comenzó un nuevo capitulo en la vida de Natalia Duco. Uno más de una vida repleta de hitos. Aquel día la lanzadora volvió a defender a Chile, luego de cuatro años fuera de la competencia debido a una suspensión por doping y el nacimiento de su hijo. Fue el primer paso para su presencia en Santiago 2023, donde debuta hoy.
Y es que si hay una palabra que defina el periodo que Duco vivió entre 2018 y 2022 es “convulsionado”. Fueron cuatro años en donde pasó por todo. Primero la suspensión por doping, después el fallecimiento de su histórica entrenadora Dulce Margarita García y la pandemia. También su participación en un reality televisivo de cocina. Tras aquello, vendría la gran alegría de su vida: el nacimiento de su hijo el 11 de enero de 2021. El año pasado, tras una larga puesta a punto, su vuelta a las competencias oficiales, donde coronó con una plata en los Juegos Bolivarianos y un oro en los Juegos Suramericanos.
Todo ese proceso fue contado por Duco a El Deportivo cuando se preparaba para los Juegos Bolivarianos, dando a conocer detalles de su nueva vida. Porque si hay algo que dejó claro la lanzadora, fue que es una Natalia totalmente distinta después de haber vivido todo aquello. “Yo pasé por un momento en que me sentí muy angustiada, sin nada, en un hoyo en mi vida, pero desde ahí busqué la forma de replantearme y dar vuelta la situación. Así creces, aprendes y vives la vida desde una forma en que vas tomando todo para ser mejor. Uno siempre termina siendo mejor, por más doloroso que sea el proceso. Hay una frase muy linda que es “uno gana o aprende”. Aunque nos encanta ganar, a veces es más valioso aprender”, confesaba en aquella oportunidad a este medio.
De hecho, ahí mismo también planteó el objetivo que tiene para este nuevo proceso, que ahora la tendrá en el Estadio Nacional luchando por su segunda presea panamericana, tras el bronce conseguido en Toronto 2015. “Soy una Natalia que desde la humildad, desde el deseo de reinventarse, quiere partir desde cero y mostrar el camino completo. No quiero que la gente crea que la Natalia es una especie de superheroína, sino que vean que lo perdí todo y que ahora retomo el camino de regresar a un Mundial, un Juego Olímpico, una medalla. Quiero mostrar el proceso de verdad, que vean cómo voy mejorando en un proceso que antes siempre oculté y que fue privado”, lanzaba.
Su mensaje también tiene que ver con las complicaciones que ha tenido para volver a la competencia tras el castigo de tres años por haber tenido una hormona del crecimiento en su cuerpo. En su momento perdió todos los auspicios y tuvo que aprender a mezclar su nueva vida de madre, con el trabajo de oficina y los entrenamientos. “Cuando Luciano era más chico, yo esperaba que alguien viniera para, que mientras él dormía, yo bajara a entrenar al gimnasio del departamento, a las 11 o 12 de la noche”, mencionó. Ya un año después del nacimiento de su hijo, Duco pudo volver a entrenar de forma más profesional. En pista, con las cargas necesarias.
Trabajo que tuvo recompensa por partida doble en 2022. Primero al conseguir la plata en los Juegos Bolivarianos, su primera prueba por Chile tras este periodo y tres meses después con el oro en los Juegos Suramericanos, donde dejó en claro que sus aspiraciones eran serias. Ahora intentará dejar su nombre en lo más alto del atletismo Panamericano. Su competencia parte a las 18.15 de este jueves.