Matías Rodríguez (33 años) está en la historia de la U como el defensa más anotador y por ser parte del único título internacional del club. Hoy, ante la suplencia de Johnny Herrera, es el capitán de los azules. Luego de participar en una sesión fotográfica para Adidas, la marca que lo auspicia, acepta hablar de diversos temas, en una temporada muy compleja.

¿Cómo define este año?

Cuando comenzamos en enero la pretemporada, soñábamos estar peleando en el torneo y no estar viviendo esto. Me propuse un buen año, independientemente de lo que pudiera llegar a pasar. He podido hacer goles, pero lamentablemente muchos de los que hice no los pude terminar de festejar, porque no se conseguía el resultado. En lo personal se sentía bien, pero en lo colectivo, que es lo que suma y lo que a uno lo va a llenar y le va a dar posibilidades mayores, no estaba funcionando. Entonces, queda esa sensación rara.

Un jugador como usted quizás no está tan acostumbrado a vivir estas situaciones.

Cuando arranqué, tuve un paso por un equipo de la segunda división de Argentina (Juventud Antoniana) y se vivía algo, no similar, porque era un equipo más chico que le costaba todo el doble. Lo viví con 19 años. Ahora es totalmente diferente, pero hay muchas cosas que comparo de ese momento, y nosotros tenemos muchas herramientas como para salir de esto.

Este año tuvo una especie de renacer a punta de goles. ¿Hubo algún cambio especial?

Uno siempre propone tener años exitosos. En ningún trabajo uno va a querer que le vaya mal. Me lo propuse a principio de año, porque me quiero quedar en el club y ya es difícil irse, pero las cosas son así, como están ahora.

¿Ha tratado su continuidad con el club?

Uno no tiene que pensar solo en uno. Mi mujer y mis hijos, que ya están grandes, tienen 10 y ocho años, hicieron amiguitos y tienen sus cosas. Obviamente, sería todo hablado y en caso de que me quede, van a estar felices; y si me tengo que ir, me van a acompañar. Pero no hemos hablado todavía de ninguna renovación, y no estoy pensando en eso, sino en terminar bien el año.

Su representante decía que usted estaba dispuesto a jugar con la Universidad de Chile en la Primera B, si bajaba.

El cariño que yo le tengo al club no se va a cortar si nos vamos o no. Mi mujer y mis hijos saben lo que es tener un papá reconocido. Entonces, eso ayuda. Yo me quiero quedar, sea en la A o en la B, pero yo estoy seguro de que si me quedo en la U será en Primera.

¿Cómo ve la parte final del año 2019?

Son todas finales. A veces parece que uno se pone el casete y dice que son todas finales, pero tenemos que verlo así; sentirlo, esforzándonos al máximo. Todas las fechas vamos a estar más arriba, viendo si salimos o no salimos; cuánto avanzamos o cuánto nos descontaron. Entonces, hay que ir partido a partido. Quedan 10 de estas finales y también apuntar a la Copa Chile.

Igualmente, en la tabla de posiciones tampoco están tan lejos de las copas.

Uno analiza y piensa a cuántos puntos está de una copa, pero no es nuestra prioridad hoy. La prioridad es ganar y empezar a sumar de a tres y pensar como si se terminara el sábado y ganar ese partido que te estaría salvando del descenso.

¿Cómo está el grupo?

Muy bien. Se entrena muy bien, hay armonía. La verdad es que me ha tocado estar en otros lugares en situaciones que ni siquiera se acercaban a lo que estamos viviendo ahora y había muchísimos problemas. Y ver cómo nos tratamos aquí... como se entrena. Para mí es muy gratificante, es muy placentero ver cómo tu compañero se esfuerza, está contigo y quiere salir de este momento.

¿Le sorprendió la suplencia de Johnny Herrera en el arco del equipo?

Al principio era raro ver que a Johnny, un referente, uno de los jugadores más queridos por la hinchada hace años, un ídolo del club, le tocó salir, como a muchos que nos ha tocado. Pero bueno, son decisiones del técnico. Creo que Tuto (Fernando de Paul) lo venía haciendo muy bien, en silencio, no había tenido muchas chances y llegó un técnico que le brindó esta posibilidad y él respondió muy bien.

¿Cómo analiza a Hernán Caputto?

Bien. La verdad es que hablamos mucho, está levantando anímicamente al grupo y tirando para arriba energía positiva, y eso nos ayudó un poco. Hay que salir. Él conoce lo que es el manejo de la U, haber jugado ya te da otro tipo de sentimientos hacia esta camiseta. Entonces, sabe cómo manejarse dentro del club.

La U es el segundo equipo con más tiros al arco...

Si los partidos terminaran en los primeros tiempos, estaríamos arriba...

Pero quizás no es tan común.

Yo me preocuparía si no generáramos. O generas mucho y no conviertes. O llegas una vez y termina en gol.

Desde el punto de vista del liderazgo, ¿cómo se saca esto adelante?

Uno dice "a la U le falta la definición o goles". Pero, a ver, somos 11 los que entramos, más dos o tres en el segundo tiempo, que siempre tienen que estar "reconcentrados". A cualquiera le puede tocar, a veces me toca a mí anotar. Cuando los delanteros empiecen a hacer goles, estoy seguro de que se les va a abrir el arco y de ahí no paramos.

¿Se habla del Superclásico en ese camarín?

No, vamos partido a partido.

¿Le queda algún sueño?

Sin duda. Cuando logras algo, ya buscas automáticamente algo más. En lo personal, la Copa Libertadores. Me quedan dos o tres años de carrera y obviamente uno sueña con la posibilidad de poder ganar una copa. El que nace para jugar al fútbol, desea jugar una Champions, un Mundial o una Libertadores y ganarla. Es un sueño que todavía está latente.

¿Está consciente de que está en la historia de la U?

El peso a esas cosas uno lo va a valorar cuando ya no esté. Lamentablemente funciona así. Cuando me tocó ir a la Selección, todo el que me rodeaba estaba vuelto loco por lo que había conseguido, pero no me daba cuenta, no caía. Hoy lo recuerdo y digo "pucha, dónde llegué y cómo lo hice". Porque llegar a la selección argentina no es fácil y para mí esa es la mayor felicidad después del nacimiento de mis hijos.

¿Y cómo lo recibieron en la Selección, viniendo de Chile?

Gracias a Dios fui compañero de Fernando Gago en las cadetes de Boca, también conocía al Pocho Lavezzi y a los del fútbol local de Argentina. Entré por ese lado. Obviamente ellos ya se conocían, hablaban, eran amigos. Y uno, nuevo ahí… Yo llegué de los primeros y viene el Kun Agüero y me dice "hola, soy el Kun". "Ya sé que sos el Kun, boludo", pensé. Como dice Jorge Alís, lo pensé. Son normales estas figuras, son como nosotros, solo que juegan en clubes diferentes.

Aprovechando la jineta, ¿les cuenta sus experiencias a los más chicos?

No me gusta hablar mucho de lo propio, porque por ahí se puede tomar mal. Como agrandado, no sé si es la palabra. Pero dejo que ellos pregunten si quieren saber cómo me manejé en ciertos momentos y aparte ellos ven cómo uno actúa, cómo es en la semana, y eso me da más tranquilidad. Obviamente uno se acerca, les pregunta cosas como a cualquiera y también si necesitan ayuda. Uno trata de aportar un poquito.

¿Cómo toma la crítica del hincha?

El hincha obviamente va a querer que su equipo todas las fechas gane, golee y juegue bonito. En lo personal, tengo que estar tranquilo porque dejo todo en la cancha. Después, podré errar un pase, o no jugar un gran partido, pero me quedo con la tranquilidad de que dejé todo y no me guardé nada. Y yo creo que mucha gente en mi caso lo sabe. Obviamente, vas a recibir críticas porque jugaste mal. Uno tampoco es ciego a cómo uno juega. Si tú estás haciendo un trabajo sabes si lo estás haciendo bien o no. Yo sé que, si no jugué bien, la crítica va a existir. Ahora si hay crítica constructiva, bienvenida sea. Si son críticas extrafutbolísticas, esas son las que al jugador molestan. Por eso muchas veces, cuando se inventan cosas, uno deja de hablar.

Autocuidado

¿Se cuida mucho?

Uno tiene que cuidarse. A medida de que va creciendo, tiene que hacerlo. Cuando era más chico, cuando arranqué, no me cuidaba de la forma en que me cuido ahora. Uno tiene que dormir equis horas al día, descansar, comer sano, tratar de recuperarse como corresponde. La carrera es corta y cuando te quieres dar cuenta, ya está terminando. Entonces, no te puedes empezar a cuidar a los 35 años, porque ya es tarde. Yo me cuido hace mucho tiempo para tratar de alargar lo máximo mi carrera y estar bien. No estar por estar.

¿Pretende quedarse después en Chile?

Sí, ya está decidido, independientemente de si me quedo ahora en la U o me voy. Si me llego a ir, volveré a Chile.

¿Se nacionalizará?

En junio del año que viene. Sin duda que lo voy a hacer.