Santiago dejó la fecha más intensa en lo que va de temporada de la Fórmula E. Apenas a una vuelta y media del final y tras una competencia llena de incidentes, Maximilian Günther se quedó con el ePrix nacional, que por segunda vez aterrizó en el Parque O'Higgins, tercera vez Chile.
El zumbido de la competencia de autos eléctricos llegó una vez más, empeñada en llevar la bandera de la electromovilidad, de la que ella es el chivo expiatorio. Y una vez más lo hizo con el termómetro al alza, alcanzando hasta 40°C en pista, complicando y sofocando a los pilotos y sus naves eléctrónicas de segunda generación.
Ya en el arranque, la prueba proyectaba a los seis pilotos de la pole position como los favoritos para quedarse con los 25 puntos que entrega al ganador. Y ahí, Mitch Evans y Max Günther se mantenían en pelea, con el primero siempre en la punta del pelotón. De hecho, hasta 15 minutos del final, el neozelandés era el gran candidato para hacerse de esta victoria.
Hubo tanta disputa, tantos incidentes, ataques y choques, que desde la tercera vuelta los pilotos comenzaron a hacer uso del modo ataque, que permite correr con más potencia por varias vueltas, pero solo se puede ocupar dos veces durante la carrera. Correr a fondo desde el inicio fue la estrategia de la mayoría, que pese a las limitaciones por la amenaza de calentar la batería (debían mantenerlas a no más de 70°C), no soltaron el acelerador.
Mientras avanzaban las vueltas, el desfile por los 2.6 kilómetros de circuito se hizo cada vez más entretenido. Oliver Rowland, del equipo Nissan, vio como la protección de su rueda izquierda comenzó a desprenderse, comenzando a quemar el caucho y a lanzar un humo negro que finalmente lo terminó sacando de la carrera. Como él fueron varios.
Otro que lo pasó mal fue Alexander Sims, que llegó como líder desde la doble fecha de Arabia Saudita, pero terminó abandonando la carrera por un desperfecto técnico en su auto que desde el viernes presentaba.
Con todos los ingredientes puestos para sazonar la fecha nacional, al final de la competencia era claro que el resultado sería de máxima tensión. Allí, a dos minutos y 20 segundos del final, en las curvas 5, 6 y 7, Antonio Da Costa atacó a Günther para arrebatarle el liderato. El portugués ascendió poco a poco para llegar hasta ahí y lo terminó superando.
Pero la temperatura, el gran fantasma de la fecha chilena, recalentó su batería obligándolo a dejar pasar al alemán. Al final, fue la estrategia del alemán la que primó, entregándole además valiosos puntos al equipo BMW i Andretti, que ahora pasó a liderar el campeonato de constructores.