Maxi Scheib: “Tuve más caídas de la cuenta, quise andar más allá de la capacidad de la moto"
En Chile, recuperándose de una lesión en la clavícula, el piloto proyecta el 2021, en el que no descarta dar un paso atrás y volver al campeonato europeo. Su visión del Mundial de Superbike y del equipo al que, dice, no volvería.
Maxi Scheib debutaba este 2020 en su primer Mundial de la FIM, el de Superbikes. La pandemia lo complicó todo, pero finalmente la temporada pudo terminarse con menos fechas y todas en España o sus países vecinos. Menos oportunidades, también tuvo el chileno para afianzarse en la serie y encima, una caída en las prácticas lo dejó fuera de las últimas tres fechas.
¿Qué tan grave es esta lesión que lo sacó de las últimas fechas?
Fue una caída bien aparatosa, fue en Montmeló, Barcelona, una caída tipo high side, o sea se va la rueda trasera, después vuelve a tomar el grip (agarre) y te saca volando por encima de la moto. No es la típica caída que es un arrastrón, que es más controlada.
Y se rompió el hombro.
La lesión exactamente es una acromio clavicular, quiere decir que es la luxación de la clavícula, eso es una lesión complicada, no tengo ninguna ruptura de ningún hueso, sino que una gran distensión de los ligamentos, incluso se llegaron a cortar o dañar, lo que los médicos le llaman una luxación grado 3.
Ustedes planificaban volver para la fecha de este fin de semana en Estoril, pero la lesión es bien grave ¿hubiera sido y forzado correr en Portugal?
Sí, íbamos a arriesgar más de la cuenta y dar por finalizada la temporada fue lo mejor para las partes, para el equipo. A pensar en la próxima temporada y a pensar en el proyecto 2021.
Habiendo tenido experiencia en muchas series, ¿el Superbike era más difícil de lo que pensaba, menos, tal vez?
Es una categoría bastante especial. Si bien no es difícil-difícil, hay harta competitividad. El tema de la clasificación, por ejemplo, es un punto súper delicado, porque si bien son 20 pilotos elite y todos somos muy rápidos, en comparación con las motos oficiales nunca estuvimos con Kawasaki al mismo nivel, las otras marcas estaban por delante. En la clasificación siempre éramos 10º, 12º o 15º, ese fue nuestro promedio. Y en las primeras vueltas es cuando se determina la carrera, entonces si uno está peleando las posiciones de atrás, es difícil subir. Y siempre estuvimos en esa pelea. Sabemos que anduve bien. Es difícil, sí, hay que estar preparado, pero sé también que el talento y la velocidad la tenemos. Aprendí mucho y los demás no tienen nada que yo no tenga, pero hay un tema de trabajo y de apoyo.
¿Cómo valoraría al equipo Orelac?
En temas de presupuesto nunca hubo un problema, siempre tuvimos todo lo que podíamos tener. Es que aunque un equipo satélite ponga toda la plata del mundo, siempre estuvimos limitados a no tener el mismo material que los equipos oficiales.
Contra los oficiales no se puede pelear, ¿pero cómo estuvo la pelea contra los otros teams satélite?
Es que tampoco, porque si fuera una monomarca, donde todas las motos fueran iguales, sería comparable. Pero las motos de los equipos privados de Yamaha o Ducati, por ejemplo, eran mejores que la Kawasaki. Mis rivales eran otros equipos privados, pero que por el ambiente, la comodidad de estar en Europa, al final estaban mejor preparados de lo que yo podría haber estado, con un equipo nuevo, en que la motivación no era la mejor, después de varias caídas. Fue un año un poco particular. También, después de hacer una muy buena carrera (7º en la segunda fecha) nos hicimos grandes expectativas y cuando retornó el campeonato (tras la pandemia) las condiciones fueron muy complicadas para ser competitivos.
¿Por qué dice eso?
Es complicado mantener la motivación no estando en Chile, lejos de las personas que te quieren, que te apoyan.
Tras ese séptimo lugar en Australia, donde fue el mejor privado, ¿pensó que eso se iba a ir repitiendo el resto del año? ¿El equipo se desilusionó?
Claro, nos hicimos grandes expectativas. Creo que en algún punto ellos esperaron más de mí, pero yo también esperaba más del equipo. Ellos esperaban que yo fuera más constante, que me preocupara más de terminar las carreras y yo, más apoyo, más incondicionalidad y a veces es complicado entenderse en tan poco tiempo y mucho más llegar a conocerse, son pocos días los que se comparten con el equipo, solo los fines de semana de carrera.
¿No había entrenamientos, no trabajaban la moto aparte?
Nada de eso. Así es en todos los equipos, siempre he estado acostumbrado a otro tipo de cosas, en el sentido de que en los otros equipos en que he estado es más familiar en ese sentido.
Es decir, no eran cercanos, hacían su trabajo y ya.
Es un mix entre ambas cosas. Es bastante complicado, porque cuando se llega al profesionalismo hay muchas responsabilidades, también hay que entender que al final todos somos responsables. Yo siempre he querido responsabilizarme para seguir manteniendo al equipo con un alto standard, pero a veces falta ese pelín de ser más humano y de entender que uno está en una situación delicada, solo varios meses, eso fue lo que faltó, el apoyo fuera de las carreras.
Ud. pasó la pandemia en Chile, pero ¿después se fue solo a Europa?
Yo me fui en julio, vivía en un departamento del equipo, cerca de Valencia.
Usted tuvo cinco abandonos en 15 partidas, entre carreras y Superpoles. ¿Está de acuerdo en que fueron demasiadas caídas?
Fueron más de la cuenta, definitivamente. Eso fue parte de las desmotivación del equipo. Entré en ese punto de querer andar un poquito más allá de la moto. Tenía la referencia de los pilotos top 10, cuyas motos andaban más en la recta, yo tenía que venir a recuperarlo frenando y entrando exigido. Yo tomaba más riesgos que ellos, no es un problema del equipo, sino que la marca, la moto Kawasaki este año, ha estado un poco por debajo.
Y la única forma de salvar esa diferencia de velocidad punta es con conducción en las curvas.
Exactamente, no hay otra forma. Fue esa la dinámica que me llevó a cometer errores, yo tranquilamente podría haber terminado todas las carreras en el puesto 13, pero siempre quise un poco más. Y al final, cuando uno está en ese punto, hay que dar. Así lo veo yo.
¿Quién terminó la relación con el equipo? ¿Le hubiese gustado seguir con ellos en 2021?
Fueron las dos partes las que nos fuimos distanciando carrera a carrera y llegó un punto que no tenía mucho sentido seguir.
En definitiva, ¿el balance del año es bueno o malo?
Yo creo que el balance fue, en general, positivo. Un año de gran aprendizaje, tener la oportunidad de medirme con los mejores, de darme cuenta de que realmente tengo esa capacidad de manejar y de ser rápido, como los top.
¿Cree que aprovechó la oportunidad, estando en un Mundial?
Creo que faltó ese punto, porque yo di al máximo siempre. Eso de aprovechar la oportunidad, bueno, son varios factores también. Es mucho tiempo luchando y en el fondo es difícil mantener esa motivación.
La pandemia detuvo el campeonato, pero ¿lo afectó también en lo económico, porque las marcas dejaron de producir?
En términos personales ha sido un año complicado, como deportista vivo de mis auspicios, los que se vieron bastante afectados, excepto por mis dos máximos auspiciadores que son Maxima y Gaerne, los demás la verdad fue bastante complicado. Y en el equipo, es el dueño el que pone la plata y no tiene problemas. El equipo siempre se matuvo bien.
Y a usted, ¿le alcanzó para cubrir los aportes al equipo?
Dentro de todo sí. Por ese lado no tenemos problemas.
¿El hecho de tener ahora una familia, una hija, lo hace sacar un poco el pie del acelerador?
No, este debe ser el año que más me he caído. Es un deporte arriesgado, pero es parte de. Lo que es más difícil de manejar es el tema emocional, cuando se sale y se está lejos, más que el momento de tirarse a fondo. Siempre he podido blanquear mi mente antes de subirme a la moto y cuando no es así significa que no se está al ciento por ciento.
¿Las opciones que está viendo con su representante para 2021 son de varias categorías diferentes?
Sí, pero no quiero hablar de eso todavía. Nada esta cerrado, pero está más o menos claro en un 80 por ciento. Hay que ver el abanico completo.
¿Si tuviera un ofrecimiento, por ejemplo, del Campeonato Europeo, está dispuesto a volver, sería un paso atrás?
Definitivamente volvería, siempre creo que son antesala de campeonatos mundiales, lo cual es muy interesante para mí y mis auspiciadores, porque es una categoría a nivel europeo, nivel mundial, finalmente el motociclismo se concentra ahí, en Europa.
¿Con qué sería feliz, con volver al Superbike o serie europea?
Lo que pasa es que ya entendí que para estar en un campeonato mundial tienen que estar muchas cosas alineadas y muchas cosas tienen que estar bien organizadas, no es como “hago las maletas y me voy a la vida”. Mirando el Campeonato Mundial si no hay una oferta seria de un equipo puntero...
¿No volvería a un equipo como el que tuvo en 2020?
No. Tengo esa filosofía, de que si se hace algo, se hace para poder tener buenas opciones.
Tal vez a sus auspiciadores les interese más un buen resultado en una categoría menor, que puestos 13 en el Mundial de Superbike.
Es más o menos lo que intento decir. Si no se va con planes serios y un proyecto ganador, ante mi visión creo que es mejor dar un pasito atrás y esperar el momento adecuado de saltar a una categoría mundial. Un campeonato Europeo da para vivir bien, se pasa bien, es totalmente a valorar.
En el fondo, ud. quiere un proyecto ganador y ya veremos en cuál categoría.
Justamente. Ese es mi planteamiento.
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