Maximiliano Falcón no aprende la lección. El defensor uruguayo nuevamente fue expulsado. Y justo cuando Colo Colo más le necesitaba. Su nuevo exceso ocurrió en los 65′ del duelo ante Curicó Unido, cuando el equipo de Macul ya perdía por la cuenta mínima y veía cómo se le escapaba la posibilidad de acercarse a los punteros, Huachipato y Cobresal. El resultado se mantuvo hasta el pitazo final.
“Sí. Fue expulsión. Después vi la repetición. Sentí un golpe en mi pie, pero fue el mismo golpe que yo le pego a él en la canilla. Al árbitro le dije que sí, que le pegué. Es una pena, porque yo soy de jugar fuerte, pero generalmente nunca pego patadas ahí arriba”, asume el jugador uruguayo en conversación con FFTV.
El zaguero presenta sus excusas. “Esto es fútbol, son pelotas divididas, puede pasar. Si el muchacho al que le pegué me está viendo, le pido disculpas. Hay que seguir para adelante y corregir errores”, agrega Peluca.
Sin embargo, no es primera vez que Falcón actúa así en el actual torneo. En el duelo con Everton también se fue a las duchas tempranamente por una falta innecesaria y recibió un duro castigo del entrenador Gustavo Quinteros: tres partidos sin jugar aparte de los dos que recibió en el Tribunal de Disciplina. “Cometió un error grave porque dejó al equipo con un hombre menos sin necesidad, en una jugada que no había peligro y que ya había pasado, arrojando el balón. Sí, es un error grave porque nos privó de tener más fortaleza para poder ganar el partido durante casi 20 minutos”, dijo en esa oportunidad el estratega argentino.
A estas palabras se agregaron las que dijo este miércoles el gerente deportivo de Blanco y Negro, Daniel Morón. “Siempre que uno se queda con un hombre menos disminuye al equipo. No sé si fue para expulsión o no, pero lamentablemente a veces cuando estás perdiendo, hay que controlar estos excesos y más Falcón, que ha tenido una recaída”, declaró el campeón de América en 1991.
Falcón arriesga hasta tres partidos de sanción por parte del Tribunal de Disciplina. Es el máximo del rango. En su contra, para la aplicación del extremo mayor pueden pesar, precisamente, sus antecedentes.