El Barcelona-PSG fue finalmente mucho más que un partido de fútbol. Fue la escenificación de un cambio de mando. Una revolución en el trono de los mejores futbolistas. Kylian Mbappé, 22 años, francés, tomando el testigo de Leonel Messi, 33 años, argentino. La progresión del uno y la decadencia del otro se cruzaron en una fecha ya inmortal: el 16 de febrero de 2021. El día de la sucesión. Mbappé, que se llevó cientos de elogios y todas las portadas, el nuevo rey del fútbol. El grito fue unánime.

Piqué trata de frenar a Mbappe agarrando su camiseta.

La actuación de MBappé ante el Barcelona fue descomunal. Lo graficó mejor que nada un momento que fue inmortalizado por varias fotografías que capturaron la situación desde distintos ángulos. Mbappé corriendo con la pelota y Piqué tratando de agarrarle de la camiseta. El retrato de la supremacía frente a la impotencia. Pero fue mucho más que eso. Tres goles, el último sensacional, y una constante exhibición de controles, regates, paredes y carreras. Un huracán que pasó por encima del Barcelona y de su jugador bandera, Messi.

No es la primera paliza de realidad que recibe el Barcelona en la Liga de Campeones. Al contrario es la cuarta consecutiva que recibe, aunque esta sin valor terminal (fue 1-4, pero aún queda la vuelta en París para certificar que está totalmente eliminado). Roma, Liverpool, Bayern y ahora PSG han ido retratando la defunción de una época hegemónica del Barcelona, que siguió con Messi (quizás ya por última vez), pero que no resistió sin Xavi e Iniesta. Desde que se fue especialmente el primero ya nada fue igual en el imperio azulgrana. No se trató por tanto de un recambio colectivo. Ese ya se produjo.

En esta ocasión la transición simbólica fue individual. El último día como rey de Messi, pese a que anotó un gol de penal y sigue a un nivel superlativo, y el primero de Mbappé, al que ya nadie fue sujetar en el santoral de los reconocimientos. Ayer se los llevó todos. No le faltaba currículum, partiendo con que ya posee la condición de campeón del mundo, y desde los 19 años, pero lo de ayer fue una explosión que va más allá de un palmarés. Fue una exhibición con los ojos de todo el planeta encima. Una irrupción como mejor jugador del mundo, como el de más potencial.

Captura televisiva del encontrón entre Mbappé y Jordi Alba.

También tuvo Mbappé momentos de furia en su noche de gloria. Por ejemplo, el que protagonizó con Jordi Alba, según captaron las cámaras españolas de Vamos de Movistar+. “En la calle, te mato”, le dijo en castellano el delantero al lateral en una discusión en un córner. Y también participó Piqué para separar: “¿A quién vas a matar tú?”. Pero sobre todo fue fútbol lo que descorchó Mbappé.

“La camiseta del PSG es una de las que aprecio en mi corazón. ¿Mi futuro? Sería estúpido decidir mi futuro en un solo partido. La verdad es que se trata de reflexionar a largo plazo. Siempre he dicho que aquí soy feliz”, declaró a RMC Sport a la conclusión del duelo, para calmar a quienes apuntan a su inminente y astronómico fichaje por el Real Madrid. Justo cuando se apunta al PSG como el futuro refugio de Messi, una actuación sideral puede frenar e invertir las cosas. Mbappé es la joya del mercado, pero también para quedarse. Según transfermarkt, el jugador estaba valorado en octubre en 180 millones de euros. Desde ayer cuesta bastante más. Por encima de los 200 millones en los que llegó a estar tasado en 2018.

Daba la sensación de que el delantero del PSG se había acomodado desde entonces, que no daba el salto para romper en crack mundial con las condiciones privilegiadas que ya apuntaba desde su juventud. Se reservó el día, justo cuando faltaba a su lado Neymar, un competidor para las loas individuales más que un compañero, para demostrar que si se pone, puede. No hay en el horizonte ningún jugador que reúna las cualidades del francés. Messi ya no las tiene. Y Cristiano tampoco, aunque su pelea es más bien por el gol (y eso no lo suelta). El fútbol tiene números y sensaciones, Y también momentos símbólicos. Como el de ayer, cuando el Camp Nou asistió al alumbramiento de una nueva era. La consagración de Kylian Mbappé, el tipo que va a gobernar en fichajes, fútbol y mercadotecnia el reino del balón.