Carlos Alcaraz (2°) llegaba al Master 1000 de Miami como máximo favorito tras coronarse campeón de Indian Wells por segunda edición consecutiva, a lo cual se sumó la decisión de Novak Djokovic que optó por no participar. Lo cierto es que el murciano buscaba hacerse con el Double Sunshine (ganar Indian Wells y Miami en una misma temporada), lo que venía haciendo de buena manera, pues llegaba a cuartos de final sin entregar un solo set. Sin embargo, Grigor Dimitrov (12°) tendría otros planes.
El búlgaro dio muestras de aquel jugador que lo llevó a ser tres del mundo en 2017. El actual 12° del orbe estuvo muy preciso con sus devoluciones de revés a una mano, a los que el español no tuvo oportunidad alguna, pues solo necesitó poco más de una hora y media de partido, para derrotar al máximo favorito del torneo por parciales de 6-2 y 6-4.
Alcaraz no solo no encontró respuestas dentro de la cancha, sino que tampoco en su explicación post partido, pues bajo su punto de vista jugó a un buen nivel, aun cuando se quedó sin mayores armas para contrarrestar al búlgaro. “Jugó un tenis casi perfecto. No he podido encontrar soluciones ni hacerle sentir incómodo en pista. Por su parte, ha sido un partido muy bueno. Yo creo que he jugado un gran tenis. Dejé la pista sintiendo que jugué bien. No perfecto, pero bueno”, comenzó en su análisis.
Luego vino una brutal confesión de sus sensaciones durante el encuentro. “Se lo he dicho a mi equipo, que me ha hecho sentir como si tuviera 13 años. Ha sido una locura. No sabía qué hacer. No tenía debilidades. Por eso me siento con esa frustración, pero eso sí, la próxima vez que me enfrente contra él intentaré cosas diferentes. Jugando él a este nivel, es muy difícil ganarle”.
“No recuerdo haberme sentido de esta manera. Si ocurrió fue hace muchísimo tiempo. No sabía qué hacer. Buscaba soluciones, pero no me dejaba. Sentía una frustración inmensa y eso es lo que me ha pasado hoy”, continuó.
Es un hecho que los próximos desafíos del segundo en el ranking ATP será la gira de arcilla, sin embargo no quiso aventurarse con cual será su próximo torneo y aseguró que se tomará unos días para decidir con calma.
No pierde la concentración
El que terminó con sensaciones completamente diferentes fue Grigor Dimitrov, el gran ganador de la noche. Con 32 años, volvió a conseguir una victoria sobre un jugador top ten desde 2019, cuando supero en cuartos de final del US Open a Roger Federer, quien ocupaba el tercer peldaño en aquel entonces.
Sin embargo, quiso ponerle paños fríos a su imponente victoria y tomárselo con tranquilidad para no perder el foco en semifinales cuando se enfrente con Alexander Zverev. “No quiero ponerle una nota a cómo me siento porque mañana tengo otro partido. Así es este deporte. Estás muy feliz por una victoria así, pero tienes que centrarte pronto para otro partido. Solo puedo decir que estoy muy orgulloso de mí mismo, por jugar así de limpio todo el encuentro”.
El nacido en Jaskovo reveló que su victoria es un golpe de confianza, la misma que no tenía antes del partido. “En los últimos dos o tres días apenas he golpeado en los entrenamientos. Las condiciones cambian mucho de día o de noche. Siempre intento algo nuevo cada año y después de venir aquí muchas veces, mira, me siento bien. Estoy muy orgulloso del equipo que tengo y de lo que me han ayudado a permanecer en mi burbuja”.
Eso sí, no escatimó en elogiar al murciano. “Me gusta su juego. Es uno de los jugadores más astutos que hay. A veces, me veo reflejado en él en ciertos momentos, así que puedo adivinar lo que podría venir, aunque no siempre pase. Es muy explosivo, y siempre tienes que ponerle en una situación incómoda. A veces, tienes que ponerle potencia a tus golpes para mantenerle a raya. Esto es interesante especialmente en los puntos delicados. Es como jugar al gato y al ratón para ver quién es el primero que golpea. Seguro que él se siente igual. Siendo tan joven, es un tenista muy completo. Puedes ver todas las cosas que hace. Su juego es algo que me gusta porque me mantiene siempre alerta”, concluyó en su análisis.