Diego Armando Maradona vivió muchas vidas en una. El fallecido volante solía pasar por situaciones que para cualquier individuo serían impensadas. Además, el astro tenía una capacidad increíble para relatar sus vivencias. Un carisma poco común. Tan grande como su talento con el balón de fútbol. Por eso sus historias eran mejores cuando las relataba él. Muchas de las anécdotas del Diez están en la memoria de los futboleros que lo admiran. Y, como era esperable, una de ellas está relacionada con la Navidad.
Poco antes de su muerte, ocurrida en noviembre de 2020, el también entrenador contó como salió del paso tras desaparecer por varios días en las fechas de festividad. En entrevista con el canal TyC Sports le consultaron si alguna vez vio un OVNI. “No, no... para que vamos a inventar, fiera”, respondió. Sin embargo, de inmediato dio paso a la historia.
“Una vez, con unas copas demás, falté a casa tres días”, comenzó diciendo. “Llegué a casa al cuarto día y dije ‘me llevaron los OVNIS’, jajaja... ‘me llevaron... qué sé yo dónde estuve, no te puedo contar’”, añadió, entre risas.
En esa época, Maradona estaba emparejado con Rocío Oliva. En su momento, la mujer también recordó la anécdota. “Fue después de un 24 de diciembre a la noche y vino como el 26 o el 27. Le pregunté qué paso porque no sabía nada de él”, contó al canal América TV. “No sabía dónde estaba; me recuperé, me levanté y vine para acá. Me llevaron los marcianos”, fue la respuesta del Pelusa, según recuerda su pareja de entonces.
“Estábamos cenando, lo más bien, y desapareció. No me enteré qué pasó. ¿Qué va a pasar? Se fue con los amigos. Cuando volvió estábamos almorzando. No vino solo, vino con el guardia”, rememoraba Oliva.
Historias desconocidas
En la misma entrevista donde reveló su supuesta abducción, Maradona dio a conocer otros detalles desconocidos de su vida hasta ese momento. Como la vez que un árabe le quiso regalar una casa con un zoológico incorporado.
“Le dije ‘espera, maestro, quien le da de comer al león. Para’. Me dice ‘el príncipe viene a darle de comer’. Bueno el príncipe verá como lo hará, yo tengo un cagazo bárbaro. La casa era hermosa, pero estaba a 100 kilómetros de la piscina, a 50 kilómetros del baño. Acaso andaban en moto, viejo”, contaba.
También descartó el supuesto encuentro con Pablo Escobar. “Te juro por mi viejita que está en el cielo que no lo conocí. Nunca me regaló nada. Lo que hacía era horroroso, para todos. Para mi, que yo tomaba (cocaína). Cuando construyó casas para los pobres fue porque no sabía que hacer, le iba a explotar el cajón de dólares, no porque era bueno”, sentenciaba el transandino.
Ahí hizo una reflexión sobre su período de drogadicción. “Yo les digo a los chicos, no a las drogas. No tienen participación con la sociedad. Eso lo aprendí de mi viejo. Yo no soy maleducado, soy mal aprendido. En mi casa me educaron con amor. Yo cuando tomaba falopa no tenía nada, era un zombi. No lo prueben”, dijo.