Medalla para Chile en el boxeo: Denisse Bravo se cuelga el bronce en la categoría 54 kilos
La chilena no pasó a la final por el oro tras el puntaje de los jueces. Asegura la presea, ya que en la disciplina no hay duelo por el tercer puesto.
Chile consigue su primera medalla en boxeo durante estos Juegos Panamericanos. Lo hace gracias a Denisse Bravo quien llegó hasta las semifinales en la categoría 54 kilos, donde cayó ante la brasileña Tatiana De Jesus Chagas. Al no haber desempate por el tercer puesto, la comitiva nacional suma un nuevo bronce para el medallero.
Fue una pelea ajustada, que quedó a favor de la brasileña por decisión dividida. Bravo buscó constantemente el contacto, pero no siempre pudo conectar los golpes, factor que fue aprovechado por su rival, quien ya en los últimos tres minutos mostraba una actitud mucho más confiaba sobre el cuadrilatero. Pese a que cuando quedaban 30 segundos de competencia la oriunda de la región del Maule buscó con ímpetu el knock out, todo se definió por los jueces.
Y en ese balance, cuatro de los cinco optaron por darle el paso a la final a Tatiana De Jesus Chagas. Solo el juez de Filipinas se decantó por la actuación de la nacional (29-28), quien no tendrá que competir para asegurar la medalla de bronce. El formato de competencia en el boxeo le entrega el tercer lugar a las dos semifinalistas derrotadas. En este caso, Bravo y la venezolana Johana Gómez.
“Estoy contenta de haber podido sacar medalla y de poder estar subiendo al podio. Un poco triste porque quería clasificar a París, pero lo he entregado todo en cada pelea. Vamos a seguir haciendo historia, necesitamos que nos apoyen un poco más, el boxeo chileno no está muerto, sobre todo el femenino”, expresó en el Centro de Entrenamiento Olímpico.
Sobre su deseo de llegar a una cita olímpica en algún momento, también fue clara: “Me gustaría seguir en el ciclo olímpico porque en esto es lo que me ha ido bien. Quizás más adelante llega un debut pero eso se viene más adelante”, comentó.
Una historia de sacrificio
El bronce en su cuello es también el premio por no desistir. Bravo ha tenido una carrera compleja, donde el sacrificio se transformó en un habitual. Llegó al boxeo como un método para relajarse de la jornada laboral, pero rápidamente se dio cuenta que lo suyo era mucho más que un simple hobbie.
Así comenzó un proceso donde vivió en el Centro de Alto Rendimiento y luego a la Federación de Boxeo, pero la pandemia cortó en seco ese sueño. La pandemia la obligó a buscarse un lugar donde dormir y además le trajo complicaciones económicas, al punto de que tuvo que irse a Valparaíso, para vivir con su madre.
En la quinta región no dejó de entrenar, pero sí le tuvo que sumar largas horas de viaje a su rutina. Se levantaba todos los días a las cinco de la mañana, para poder estar a las ocho en Santiago, preparando su aventura en estos Juegos Panamericanos. También tuvo que trabajar haciendo malabares en la calle para poder aportar en su casa.
De seguro pensaba en todo aquello cuando conectaba los golpes en sus peleas. La falta de sueño, las injusticias, las deudas. Un motor que se ve traducido en un bronce, la primera medalla de Chile en boxeo en unos Juegos Panamericanos.
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