A Gary Medel le basta ponerse la camiseta de la Roja para dejar atrás todas las dudas que pueden llegar a existir sobre su titularidad. Con solo escuchar el himno de Chile, poniéndose la mano en el corazón y cantándolo con orgullo, el Pitbull parece borrar de su cuerpo todo registro de lesiones que le impidieron tener regularidad en su última temporada en el Bologna. En Italia, recién apareció en la última fecha de la Serie A, luego de meses de ausencia.

Medel es otro jugador cuando juega por Chile. Y fecha a fecha lo demuestra. Poco importa el futbolista que se le ponga por delante y que quiera pelearle el puesto. Con Gary vestido de rojo no existen rivales, dolores ni las lesiones musculares. Con o sin jineta de capitán, la que cedió a Claudio Bravo, el formado en Universidad Católica volvió a ser el líder de un equipo que supo plantarse frente a Argentina, en su visita a Santiago del Estero.

En la primera parte del duelo, el futbolista que sumaba halagos desde los hinchas de ambos países, pues un sector de los transandinos recordaban y pedían su retorno a Boca Juniors, dio muestras de su personalidad. No tuvo problemas para cortar las subidas de Di María ni menos para salir a achicar a Messi cuando este último intentó batir la portería de Claudio Bravo. Se le vio rápido, muy claro en las salidas.

El de Conchalí tiene en su piel el rol de líder. Ordenó constantemente a Galdames, uno que tuvo la misión de reemplazar a Vidal. También retó y le pidió calma a Maripán, en sus constantes errores durante el primero tiempo, con penal incluido a Martínez, en la apertura de la cuenta de Messi. Fue siempre la primera salida para Claudio Bravo.

En la igualdad del equipo de Machete, Medel se vistió de asistidor en una jugada que provocó la alegría de toda la delegación chilena. Tiro libre de Aránguiz, pivoteo del Pitbull y Alexis embocó con el arco desguarnecido. El exjugador de la UC corrió a abrazar a sus compañeros, que lo felicitaron asumiendo su responsabilidad en la anotación del tocopillano.

En la segunda parte, Medel continúo marcando diferencias. Fue decisivo para frenar los embates de Lautaro, quien a ratos se cambiaba de zona para intentar desordenar la defensa de la Roja. A ratos cayó en diálogos con el juez, a quien le recriminó sus cobros que en algunas ocasiones resultaron localistas. En la última jugada de Argentina, luego de un achique de Bravo, el jugador de Bologna salió tocando el balón con absoluta calma, frente a los nervios de sus compañeros que pedían que la despejara.

Gary Medel vuelve a cumplir con la Roja. Su registro de lesiones, su edad o su poca continuidad en Europa poco importa cuando defiende a Chile. Lasarte, en conferencia de prensa, anticipaba el momento físico del Pitbull: “Medel está delgado y físicamente lo vemos bien, tiene cosas que le llevarán un trabajo extra, pero nada que le impida jugar”.