El estadio Vélodrome de Marsella fue el testigo de un nuevo triunfo de la poderosa selección local de Francia. Uno diferente, victoria de 3-2 ante un cuadro de Chile que comienza un nuevo ciclo, esta vez con Ricardo Gareca en la banca.

Pero el partido no fue una celebración exultante para los hinchas locales. Un estadio con 60 mil personas, con muy poca participación de los hinchas locales.

Incluso, vivieron una pelea aparte con la máxima figura del equipo galo, el talentoso delantero Kylian Mbappé. Cada vez que el capitán de los Bleus tocó la pelota, la rechifla se hizo sentir con fuerza en la principal cancha del puerto galo.

Su presente en el Paris Saint-Germain, fue el argumento preciso para generar un ambiente hostil para el atacante, como principal referente del archirrival del Olympique. Precisamente, el jugador regresará el domingo a este mismo recinto para jugar el máximo clásico del fútbol francés.

Actitud de la parcialidad local que no cayó nada de bien al técnico de la selección, Didier Deschamps. En la conferencia de prensa después del partido, el exvolante se quejó de los sibidos.

“No me sorprende, lamentablemente. Todo el mundo conoce la rivalidad de Marsella con el PSG, antes del partido del domingo. No debería suceder, es el equipo francés, es el capitán. Tampoco es todo el estadio. Pero no es específico de Marsella. En otras provincias también pasa. Pero ese no debería ser el caso. Vamos a ver, seré amable: es decepcionante, por decir lo mínimo”, advirtió el exjugador de la Juventus.

El ejemplo chileno

Actitud de los galos que también molestó a los propios medios locales. Así quedó claro en la cobertura del diario Le Figaro, el mismo que criticó la actitud general de los asistentes al recinto marsellés.

“El espectáculo en el Vélodrome no fue de lo mejor, a pesar de cinco goles en el marcador. Pero hay que saludar el calor y los cánticos de la afición chilena la noche del martes”, destacó en su crónica el enviado especial del medio parisino de tiraje nacional.

De la misma manera, el periódico más longevo de ese país europeo fue más allá en sus apreciaciones. En el mismo texto elogió la capacidad de resiliencia de los 2 mil simpatizantes visitantes en el estadio focense.

“En un recinto hostil a su equipo, la afición sudamericana cumplió con su papel, alentando a su equipo de principio a fin. Afortunadamente, estaban allí para hacer un poco de ruido en Marsella”, publicó el diario capitalino.

Asimismo, describió que “todo comenzó al inicio del día en las calles de Marsella, hasta las afueras del ‘Vel’ antes del partido. Esta es la confirmación de que el fútbol en Sudamérica sigue siendo más que nunca una religión”.

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