Sin duda que Daniil Medvedev (5º) es la sensación del verano norteamericano. Con dos finales (Washington y Montreal) y el título en Cincinnati, el ruso corría como uno de los favoritos para llegar a instancias finales en el US Open.
Con mucha jerarquía, el moscovita alcanzó ayer la final, tras superar al búlgaro Grigor Dimitrov (78º), por 7-6 (5), 6-4 y 6-3, en dos horas y 40 minutos.
Medvedev mantuvo la solidez y controló el partido, pese a las complejidades que Dimitrov presentó, sobre todo en los primeros dos sets. Así, se convirtió en el primer ruso en alcanzar una final de Gran Slam de los últimos 14 años, desde que Marat Safin lo hiciera en 2005 en Australia, cayendo ante Lleyton Hewitt. Además, será el primer miembro de la Next Gen en enfrentar una final de major.
"Sentí que en el primer set Dimitrov estaba más cerca de ganar y quise cambiar el ritmo", admitió el vencedor. "Es una locura. Pero aquí estoy y estoy contento", agregó.
Medvedev, quien fue abucheado en varias ocasiones por su conducta antideportiva en Flushing Meadows, aseguró que le gusta leer lo que dice de él la prensa "para aprender a ser mejor persona". "Estos dos días antes de la final no lo podré hacer, porque me tengo que preparar para el partido", añadió.
Berrettini se desinfla
Por el título, Medvedev se medirá con Rafael Nadal (2º), quien superó a Matteo Berrettini (25º) por 7-6 (6), 6-4 y 6-1.
Lo cierto es que el joven italiano (23 años) tuvo al español contra las cuerdas en el tie-break, con marcador de 4-0 y 5-2, pero desperdició la ocasión y se desinfló de manera evidente.
El mallorquín jugará ahora su quinta final del US Open, de las que ha ganado tres. De imponerse este domingo ante el moscovita, se pondrá a un título de Grand Slam del récord de Roger Federer, quien acumula 20 de las máximas coronas.