El receso que vivió el Torneo Nacional por la Copa América ofreció a los clubes la oportunidad de reorganizarse para enfrentar el segundo semestre. Durante el último mes, además, se abrió el mercado y los equipos han tenido la posibilidad de reforzarse, en una ventana de transferencias que permite la incorporación de hasta tres nuevos futbolistas.

Hasta ahora, eso sí, los equipos no han agotado sus posibilidades, en un mercado que ha estado dominado por la austeridad de las negociaciones. La excusa de los clubes es la misma de siempre: no hay dinero para traer a nadie. De hecho, el único club que cumplió con la cuota hasta ahora fue Cobresal, que recuperó a Juan Carlos Gaete, contrató al paraguayo César Villagra y trajo de regreso al fútbol chileno a Marcelo Cañete, quien hace 8 años estuvo en la UC de Pizzi jugando Copa Libertadores.

Escasean los recursos en la competencia local y hasta los elencos de mayores posibilidades económicas (que también son los de mayor convocatoria), han optado por salvaguardar la salud de sus respectivas economías. Unión Española, por ejemplo, solo incorporó a un jugador proveniente de Melipilla, el volante de 27 años Mario Sandoval. Curicó reemplazó la partida de su goleador Mauro Quiroga con Diego Vera, proveniente de Tigre de Argentina. Quizás si el nombre más llamativo hasta ahora es el de Manuel Iturra, quien sorprendió firmando en Iquique. Pero la gran mayoría apostó por no traer a nadie.

Así, la Universidad Católica no suma incorporaciones y centró sus esfuerzos en renovar a Edson Puch y Luciano Aued. En Colo Colo, en tanto, no hay caras nuevas y empiezan a resignarse a la posibilidad de sumar nuevos elementos. Y en la U, como dejó claro desde el día uno la nueva cúpula administrativa, con Rodrigo Goldberg y Sergio Vargas a la cabeza, están apelando a "la creatividad" para potenciarse.

El caso azul es más dramático, pues les urge la presencia de nuevos futbolistas para enfrentar la lucha que tendrán por la permanencia durante la segunda rueda. Al equipo de Alfredo Arias ya llegó Marcos Riquelme (préstamo desde Bolívar sin costo) y Osvaldo González, gratis, pagándoles solamente el sueldo, e intentan encontrar alguna opción conveniente en todos los aspectos para incorporar un hombre más al plantel.

Azules y albos tienen, hoy, un denominador común: la falta de liquidez. "Recibimos Colo Colo con mil millones de pérdida o utilidad negativa, no lo podía creer... Mil para atrás...", reconoció Harold Mayne-Nicholls en La Tercera respecto del presente que se vive en el Monumental. "Estamos muy cautelosos en todo lo que significan nuevas inversiones o la traída de jugadores. No hay una billetera abultada", agregó. "Respondemos a políticas y planificaciones anuales. Hemos hecho un plan en el que sentimos que nos tiene que dar para todo el segundo semestre", refrendó Mario Salas.

El Superman de los laicos, en tanto, fue más enfático aún. "Mientras el mercado esté abierto, es una opción traer a alguien más. Pero no sabemos. Estamos en una situación financiera difícil", admitió, sin eufemismos. "Estamos hablando con el cuerpo técnico, viendo las inquietudes que tiene, para ver cómo nos podemos potenciar, pero primero tenemos que ver si podemos contar con los recursos", dijo también, con poco para la interpretación sobre lo que se vive en el Centro Deportivo Azul.

El resto de los clubes han seguido el mismo camino: inversión escasa, predilección por los préstamos, retorno de experimentados y viejos conocidos. La reanudación del campeonato está a la vuelta de la esquina y la austeridad parece ser la característica principal del balompié nacional de hoy. El plazo para la inscripción de jugadores es "el día hábil anterior a la fecha 19" (quinta fecha de la segunda rueda de acuerdo a la programación de la ANFP) pero en el horizonte no se vislumbran grandes fichajes, ni inversiones que remezan el campeonato. El fútbol nacional está muy lejos de otros mercados y se adapta a su propia realidad.