Lionel Messi aún no ha resuelto su futuro. Se sabe que no quiere seguir en el Barcelona, pero todo lo demás es hipotético. Su decisión se ha prestado para que muchos fantaseen con recibirlo. Incluso en cuentas oficiales de algunos clubes han encontrado cabida memes con la figura del trasandino ataviado con sus colores. Lo de Newell’s Old Boys, en cambio, tiene un matiz distinto: el club rosarino fue el que albergó los primeros sueños y los primeros pasos de La Pulga como futbolista. Desde allí saltó al Barcelona siendo un niño. Hoy, los fanáticos leprosos sueñan con tenerlo de vuelta. Y con verlo jugar en el estadio Marcelo Bielsa.

“Messi es de Newell’s, al City no se va”, vociferó un grupo de hinchas que integró una caravana para pedir un sueño que, a la luz de las cifras que involucra acometerlo, parece imposible. “Tu deseo es mi sueño”, fue la consigna de la manifestación, que recorrió los principales puntos de Rosario y que aglutinó a sus participantes en el Monumento a la Bandera, el lugar que acoge las principales manifestaciones públicas en el lugar.

Parece una utopía, pero hermana a todo el pueblo rojinegro. Ahora, si de imposibles se trata, la historia del club ya se anota una: en 1993 consiguió el fichaje de Diego Maradona, después de que el Diez se peleó con Carlos Salvador Bilardo y se largó del Sevilla. El astro alcanzó a jugar cinco partidos con la camiseta rojinegra, pero su paso fue suficiente como para incorporarlo en la lista de ídolos históricos. Recientemente, cuando visitó Rosario como técnico de Gimnasia y Esgrima, recibió todo tipo de ovaciones y atenciones.

La ilusión también alcanza a los jugadores. “Es inevitable que Newell’s mantenga el sueño de que Messi juegue acá unos meses, y tal vez pueda suceder, pero hay que ser realista. Es complicado”, dice, por ejemplo, el delantero Ignacio Scocco, quien retornó desde River Plate y alucina con integrar dupla ofensiva con Messi, aunque también pone los pies en la tierra, consciente de lo complejo de la operación, de la que ni siquiera hay certeza de que se vaya a iniciar.

A tanto llega el fervor y la ilusión que otro futbolista insigne, el arquero Nahuel Guzmán, incluyó una insólita cláusula en el contrato que lo une con Tigres de México: puede rescindir si Messi opta por volver a sus raíces. El objetivo: compartir la cancha con el mejor futbolista del mundo. El que en Rosario dicen que es de Newell’s.