México se encargó de dar la primera gran sorpresa del Mundial luego de derrotar por la cuenta mínima a Alemania en el estreno de la Copa. Por eso este sábado, frente a Corea del Sur, los aztecas debían ratificar todo lo hecho en el partido del debut. Intentar, de una vez por todas, responder a las siempre altas expectativas con las que llega a una gran cita.
Y cumplió de buena forma. Porque el equipo de Juan Carlos Osorio venció por 2-1 a los asiáticos y se encumbra en el Grupo F del Mundial de Rusia. Con buen fútbol, autoridad y sin pasar demasiadas zozobras. Sólo en el tiempo agregado Corea consiguió un descuento que sólo maquilló el marcador. Es cierto, al frente estaban un equipo asiático que ingresó raspando a la cita planetaria. Sin embargo, en un torneo en el que los grandes han defraudado ante los más pequeños (Argentina con Islandia o Brasil con Suiza), lo de los mexicanos es destacable.
El Tri llegaba confiado (como tantas veces) de meterse en lo alto de su zona. Antes del minuto de partido sus numerosos y ruidosos hinchas ya le dedicaban "oles" a sus rivales. Y tal como ante la Mannschaft, la reconversión colectiva fue clave en el tránsito del equipo de la Concacaf. El único de esa parte del mundo que saca la cara, por ahora.
Así llegó la apertura de la cuenta. México logró pasar astutamente de posiciones defensivas a las de ataque a los 24 minutos. Contó, eso sí, con la colaboración de la defensa coreana. Primero con un pase que pudo cortar un zaguero asiático y que se le pasó por debajo y luego con una inocente mano que el juez marcó como penal.
Carlos Vela, en el pasado renunciado al Tri, tomó la responsabilidad y transformó la pena máxima en el gol que comenzó a encaminar el triunfo de su selección.
Los Tigres del Oriente pusieron ganas, pero como casi siempre ocurre en este tipo de campeonatos, la ingenuidad de esa parte del mundo se hizo latente. Y México, encima, no desaprovechó las desatenciones del rival. Así, Chicarito Hernández, uno de los referentes mexicanos, puso el 2-0 a los 66' en una contra muy similar a la que significó el único tanto en el triunfo frente a Alemania. Parece que no es casualidad. En el tercer minuto de descuento, Son logró el 2-1 que algo de incertidumbre le puso al partido y que manchó, quizás inmerecidamente, el triunfo del conjunto latinoamericano.
A pesar de todo, México se ha mostrado sólido. Tiene con qué ilusionarse y por ahora los resultados lo acompañan. Eso sí, a pesar de las dos victorias, aún no asegura su clasificación a octavos de final.