Este domingo, a las 18.00, se producirá el regreso que más esperan los hinchas de Colo Colo. Matías Zaldivia vuelve al estadio Monumental, donde se hizo un nombre en Chile como defensa del Cacique. Sin embargo, esta vez lo hará con la camiseta del archirrival, Universidad de Chile. Un hecho que no le perdonan los hinchas albos. Sin ir más lejos, el zaguero se despidió como capitán albo en uno de los amistosos frente al Betis. A los pocos días, cruzó la vereda y se vistió de azul.
Muchos quedaron sorprendidos por la decisión. Pocos se explicaban cómo el mismo jugador que años antes confesaba que el cántico que más le gustaba era el que burlaba de su nuevo equipo, tomaba la decisión de sumarse a la U. “Veinticinco años les costó salir campeón...”, llegó a tararear el oriundo de San Isidro.
“Cuando me hicieron la propuesta, me sedujo mucho. Me hicieron sentir importante. Vine con el mayor respeto a jugar fútbol. Estoy muy seguro dónde estoy y estoy confiado en que vamos a hacer un buen año”, explicó después, durante su presentación. En los primeros partidos, el rechazo se notó entre los hinchas azules. Sin embargo, luego de ocho fechas y tras muy buenas actuaciones, cambió las pifias por aplausos.
Ocho títulos, varios conflictos
En Colo Colo, la estadía del argentino nacionalizado chileno estuvo marcada por algunos conflictos con la dirigencia, los que se acentuaron a partir del inicio de la pandemia. Durante la administración de Aníbal Mosa, Zaldivia fue uno de los líderes de la comisión negociadora con Blanco y Negro ante la fallida propuesta de una reducción salarial para afrontar los meses sin fútbol, lo que finalmente terminó con el plantel sometido a la polémica Ley de Protección al Empleo. Luego, la Dirección del Trabajo declaró ilegal la determinación de la concesionaria y ordenó la restitución de los sueldos no pagados.
En el intertanto, Mosa quiso compensar este remediar del alguna forma la situación y logró un polémico acuerdo con algunos referentes, como Esteban Paredes, Pablo Mouche, Juan Manuel Insaurralde, Nicolás Blandi, Carlos Carmona y el propio Zaldivia. El convenio consistía en entregarle al grupo una cifra cercana a los $ 550 millones por conceptos de derechos de imagen y cuotas de pase. Al hacerse público esa negociación privada, el ánimo de los que no estuvieron involucrados se crispó. Más encima, el equipo sufrió en demasía los tres meses en que estuvieron sin relación con el club y lo pagaron en la cancha con un inédito partido por no descender.
Poco después, en septiembre de 2020, el jugador de rompió el tendón de Aquiles en un entrenamiento. De forma inédita y ante la frágil situación económica, Blanco y Negro decidió que su tratamiento fuera a través de la mutualidad y no por cuenta del club, lo que generó otro enorme conflicto en el que terminaron intercediendo el Sifup y el DT Gustavo Quinteros, para solucionar el problema. La medida, finalmente, fue revertida tras el revuelo causado.
Ya en 2021, el defensa de 32 años se enfrascó en un importante conflicto con la concesionaria, ya que decidió recurrir a la Cámara de Arbitraje de Santiago, acusando un incumplimiento del acuerdo que había llegado en 2019, cuando recibió una oferta de Arabia Saudita y el club no lo dejó partir. Su reclamo apuntaba al reembolso del impuesto de primera categoría, un gasto que, según él, corrió por su propia cuenta. No obstante, el 24 de octubre del año pasado, un día después de que Colo Colo se coronara campeón del Torneo Nacional, el organismo falló en contra del zaguero.
Sin miedo a las pifias
Matías Zaldivia es un tipo de personalidad fuerte. Un líder dentro de cualquier vestuario. Y, en ese sentido, lejos de esconderse en semana de Superclásico, decidió abordar el tema en una entrevista con la periodista Verónica Bianchi, donde habló sin tapujos de lo que espera vivir en su regreso al Monumental, la cancha que lo cobijó durante siete años.
“Es algo que sé que va a pasar. No me va a sorprender. Obviamente que también es parte del folclor, un poquito del fútbol. Eso también es lindo. Y a nosotros los futbolistas también nos gusta un poquito que nos puteen, es la realidad. Hay distintos jugadores. Hay algunos que nos gusta que nos puteen porque te hace vivirlo más eufórico el partido”, declaró sobre el ambiente que espera encontrar el domingo en la tarde.
Incluso, fue más allá y dejó abierta la posibilidad de celebrar si le toca anotar. “No sé. Obviamente estuve muchos años en esa institución. Yo siempre fui una persona de mucho respeto, pero también tengo claro que ahora represento a otra gran institución, entonces hoy me debo al club que me contrató”, comentó.