Apenas se concretó la salida de Hernán Galíndez, la dirigencia de Azul Azul determinó que Cristóbal Campos se transformaría en el portero titular de Universidad de Chile y que se buscaría a un nuevo futbolista para ayudar en el crecimiento del canterano y promesa de la entidad.

La prioridad hoy en día es el arquero. Después, no tenemos la certeza para un cuarto refuerzo. Lo estamos analizando con Diego López (el entrenador) y lo comentaremos cuando lo tengamos decidido”, reveló el gerente deportivo, Manuel Mayo.

Y fue así como después de una rápida búsqueda en los clubes locales se llegó a Miguel Jiménez. El actual portero de Rangers cumple con todas las cualidades que busca la concesionaria laica: posee una vasta trayectoria (tiene 41 años), acepta que Campos sea el estelar, sabe lo que es jugar en los estudiantiles y es chileno.

Quizás por lo mismo las conversaciones se desarrollaron de manera expedita entre ambas partes pues Jiménez aceptó de inmediato vestir la camiseta que ya defendió el año 2015 y 2016 (jugó cuatro encuentros por el Campeonato Nacional y seis por la Copa Chile) y solo falta que el cuadro piducano lo deje partir antes que finalice su contrato (diciembre de este año).

Condicionante que se conversó durante los últimos días y que tiene un condimento muy importante: la voluntad de Jiménez. Es que la primera oferta que hicieron los jerarcas de la U no fue bien acogida por los sureños, pues la consideraron “menor” para las pretensiones de la institución. Sin embargo, fue el jugador quién le pidió a sus jefes que siguieran negociando pues siente que este es un premio a su carrera.

El guardameta ha sido pieza fundamental en la buena campaña del elenco talquino, el cual marcha cuarto en la Primera B y hoy estaría disputando la Liguilla del Ascenso. ¿La razón? Ha jugado 14 de los 17 encuentros que se han disputado hasta ahora y todos desde el inicio.

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