Miguel Ramírez abre la nueva temporada con Iquique: “En 2024 fuimos los menos irregulares de todos los irregulares”

Miguel Ramírez, en el duelo entre Colo Colo e Iquique, en el Monumental
Miguel Ramírez, en el duelo entre Colo Colo e Iquique, en el Monumental (Foto: Photosport)

El técnico nortino se apresta para abrir una temporada de ensueño, que incluye la Copa Libertadores, el trofeo que levantó en 1991, como jugador. Analiza las fortalezas de los Dragones Celestes, habla de Puch y revisa la actualidad de una de sus aspiraciones: la Roja.



Miguel Ramírez se alista para iniciar una temporada 2025 de ensueño. Está entusiasmado. Iquique buscará revalidar la excepcional campaña que cumplió el año pasado, en la que remató tercero en el Campeonato Nacional y en la que consiguió la clasificación a la Copa Libertadores, un logro que convulsiona a la ciudad nortina, a tal punto que el trofeo continental apareció en el show de drones con que la Tierra de Campeones recibió el año.

“El trabajo en equipo. Lo colectivo por sobre lo individual. Sacarle rendimiento al jugador nos permite tener buenos rendimientos que nos llevan a tener un colectivo fuerte. Fue un torneo bien especial para todos, dentro de la irregularidad del campeonato y de los equipos, salvo los casos de Colo Colo y Universidad de Chile, que se escaparon en el puntaje. En 2024, fuimos los menos irregulares de todos los irregulares que había”, resume, respecto de las explicaciones a las que le atribuye la notable campaña de los Dragones Celestes en el certamen anterior.

Miguel Ramírez, el artífice del Iquique copero: “En 2024 fuimos los menos irregulares de todos los irregulares que había”

Uno tiende a quedarse con individualidades como Edson Puch o Stefan Pino.

Edson, por ser el de mayor jerarquía, ha sido el jugador que más ha puesto al servicio del equipo su experiencia, no solamente dentro de la cancha, sino que afuera. Todos son guiados por él y por su profesionalismo y liderazgo. Todo el equipo estuvo bien encauzado en una idea de juego. Fue bien clara, específica y bien entendida por los jugadores. La nobleza de ellos de dejarse entrenar nos permitió tener un equipo fuerte, que me hizo sentir muy identificado por la forma en que jugábamos y por la impronta en cada partido.

¿Cómo es ese liderazgo?

Está en la forma de entrenar. Edson está en los 38 años y no se resta nunca. De los entrenamientos de tarde, que son guiados, no se pierde uno. En su casa tiene un gimnasio e invita a compañeros a entrenarse también. Ese trabajo invisible le permite mantenerse y seguir siendo protagonistas a pesar de la edad. Y es ahí donde contagia al resto. A Ramos, a Pino, que fueron importantes.

Incluso brilla hasta en el pádel.

Es la competitividad que tiene. Y eso se ve reflejado en los entrenamientos. En vacaciones estaba jugando pádel también. En un torneo, así como otros compañeros. Eso es contagio, liderazgo. Entonces, cuando tenemos jugadores de estas características, y el resto se suma, no hay más que guiarlos y llevarlos por la senda de querer cada vez más, de querer ganar, mejorar, seguir creciendo, madurando, de seguir aprendiendo. Porque en esto del fútbol uno nunca termina de aprender y nunca termina de mejorar.

¿Es fácil dirigirlo?

Tanto con él como con el resto de los jugadores uno tiene que tratar de encontrar la tecla para poder entrar, para poder conectar. Y así uno poder trabajarlo para sacarle mejor rendimiento. Son todos diferentes. Uno como entrenador va entendiendo que el trato con el jugador es distinto con todos. Y tiene la obligación y responsabilidad de encontrar la forma de entrarle al jugador y convencerlo de que el trabajo que uno está haciendo es el adecuado para lograr los objetivos. Afortunadamente, este año pudimos lograr eso con todos los jugadores.

Edson Puch ante Arturo Vidal
Edson Puch ante Arturo Vidal (Foto: Photosport)

Un libro en desarrollo

Como jugador, conoció corrientes distintas: la de Salah, mucho más cercana al jugador, y la de Jozic, más impersonal.

Además, tuve a Juvenal Olmos, Nelson Acosta, Javi Irureta en España. Cada uno con su librito personal para liderar los proyectos. Yo tengo mi propio librito. Me identifico con todos los que he tenido, porque de todos he podido sacar algo. Con Claudio Borghi estuve en la Selección también, como segundo ayudante. A Mario Salas lo fui a mirar seis meses cuando estaba en Universidad Católica. De ellos he sacado cosas importantes, a la hora de liderar, de formar equipos, de hacer entrenamientos, dirigir partidos, de comunicarme en las charlas previas o en las charlas del entretiempo. Son cositas que uno va aprendiendo en el camino, las va llevando a cabo y las va mejorando y perfeccionando.

¿Su libro está completo?

Está recién partiendo. Este 2024 siento que ha sido de los mejores que he tenido en cuanto a rendimientos colectivos e individuales en Primera División y de esto hay que aprender. He tenido la posibilidad de trabajar en equipos que han tratado de defender la categoría. Hemos sido contratados como objetivo principal salvar la categoría y en la mayoría de los equipos los objetivos que nos han puesto los hemos cumplido y hemos tenido la posibilidad de dar un poquito más, un plus. Con San Luis estuve a punto de clasificar a un torneo internacional, lo peleé por un punto. Con Wanderers salvamos la categoría y al año siguiente ascendimos a la Primera división. Con la U. de Concepción salvamos la categoría y clasificamos a la liguilla. Y ahora estamos en un proyecto nuevo donde el objetivo era salvar la categoría, consolidar al equipo en la división, y tuvimos la posibilidad de clasificar a un torneo internacional.

¿Le falta probablemente el mejor capítulo, dirigir un equipo grande?

He dado la vuelta larga. Siento que he ido quemando etapas y eso me ha permitido ir madurando, creciendo, equivocándome menos y tomando mejores decisiones. Hace rato ya me siento capacitado para objetivos grandes y es por esto que optamos por Deportes Iquique. Por eso nos vinimos al norte, nos pusimos como objetivo ser un equipo protagonista y, más allá de los objetivos que el club nos había puesto, pudimos lograr un objetivo que teníamos como cuerpo técnico también que era clasificar a un torneo internacional. Eso, por supuesto a uno le va permitiendo madurar y crecer y ponerse más objetivos para adelante.

Ese cuerpo técnico tiene un cambio significativo: la salida de Marcelo Oyarzún.

Tomé la decisión de ponerle una pausa a nuestra relación laboral. Siento que para este 2025 iba a necesitar otro preparador físico. Llevamos casi 10 años trabajando junto con Marcelo, pero llevamos una amistad hace más de 30 años y justamente por esta amistad yo sentía que necesitábamos darle una pausa porque el desgaste ha sido grande. Va a trabajar con nosotros Osvaldo Alegría, un preparador físico que estuvo ligado a Mario Salas durante mucho tiempo y como preparador de arqueros, Rodrigo Naranjo, que fue y es ídolo en Iquique.

Ricardo Gareca, en la victoria de la Selección sobre Venezuela
Ricardo Gareca, en la victoria de la Selección sobre Venezuela (Foto: Photosport)

La invasión extranjera y la Roja

En las bancas nacionales hay una gran cuota de técnicos extranjeros, ¿cómo se explica y cómo se puede cambiar esa realidad?

Va a ir cambiando en la medida de que a los técnicos chilenos nos vaya bien y que el respaldo sea tal cual es como con los técnicos extranjeros. Pero depende mucho de los rendimientos. Lamentablemente, hemos visto que la paciencia es más corta con el técnico nacional. Con trabajo, con dedicación, con resultados, un técnico nacional se puede sostener más tiempo en un equipo. Mira lo que está haciendo Huerta en Cobresal. En base a buen trabajo, a rendimiento y resultados, lleva una gran cantidad de años en la institución.

¿Puede analizar la formación de los futbolistas?

El futbolista chileno está madurando mucho más tarde. Hemos tenido la obligación de incorporar a un sub 21 en los partidos y siento que es una regla que habría que modificar. No soy partidario de esta regla, sino de que los valores jóvenes que van a debutar se lo deben ganar. Y no que por obligación se tenga que hacer jugar y debutar a jugadores que muchas veces no están preparados. Hay muchos equipos en los cuales estos jugadores han tenido continuidad en el tiempo y han podido crecer y madurar, pero en la mayoría, hay otros que han quedado en el camino y que han sido utilizados únicamente por obligación. Siento que hay que darle más énfasis al trabajo en cadetes. Tienen que jugar muchos más partidos, en torneos mucho más competitivos. Eso nos va a permitir tener jugadores que maduren mucho más rápido y que estén más preparados para poder llegar a Primera División.

Usted surgió en una época en que el juvenil bueno sacaba al más viejo, sin normas de por medio.

En ese tiempo no era necesaria la norma. Sí hay jugadores y generaciones que aparecen en forma espontánea y que coinciden. La Generación Dorada fue extraordinaria y yo siento que se le ha sacado poco partido. Se ha desperdiciado la posibilidad de sumar a mucho más jóvenes. Los técnicos que estaban en la Selección fueron poco visionarios al no haber permitido la transición de esa Generación Dorada con los valores nuevos que iban a ir surgiendo. Se les dio poca posibilidad y se le exigió mucho más a la Generación Dorada Hasta hoy.

¿Qué sensaciones le deja la gestión de Ricardo Gareca en la Selección?

Ha ido de menos a más. No ha sido fácil para él conformar un equipo competitivo y en el último partido ha tenido que convocar a jugadores que no tenían considerados. Esos jugadores que ha requerido le han respondido, le han dado otra energía. Arturo (Vidal) le ha dado otra energía al equipo. Han aparecido valores jóvenes como Cepeda, que le han permitido mostrar un plus y le han dado una energía nueva a la Selección. Yo creo que los jugadores de la Generación Dorada, en la medida de que estén teniendo buenos rendimientos, van a aportar y van a ayudar a que pueda tener resultados y a seguir en la búsqueda de formar un equipo competitivo.

¿Renunció a una convicción Gareca?

Para mí está difícil que clasifique al Mundial, pero hay que tratar de formar un equipo competitivo. Creo que entendió que hay que tener flexibilidad y muchas veces hay que ceder en algunos aspectos para encontrar el mejor punto del equipo. Siento que necesitaba de jugadores de experiencia en el equipo para que pudieran guiar a los más jóvenes.

En el mediano o largo plazo, ¿se imagina dirigiendo la Selección?

Es el sueño de todo entrenador, pero hay que ir quemando etapas. Y en la medida de que me siga yendo bien, esas etapas me van a permitir madurar, crecer y tomar las mejores decisiones que en el futuro me puedan permitir, a lo mejor, estar en una selección.

¿Clasifica la Roja al Mundial?

Por el bien de Chile, espero que sí. Eso es lo que anhelamos todos. Así que yo soy un convencido de que en la Selección tienen que estar los mejores. No me cabe duda de que a esta Selección, y a la Generación Dorada, todavía se le puede sacar algún rendimiento.

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