Miguel Ramírez: "El país está peleando contra los mismos abusos que se veían en la ANFP"

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El DT caturro respira tranquilo y celebra el ascenso de los porteños sin olvidar una semana llena de incertidumbre.



Miguel Ramírez sabe de definiciones. Las vivió desde muy joven, en Colo Colo, donde ganó varias, entre ellas la Copa Libertadores 1991, la Recopa Sudamericana y la Copa Interamericana del año siguiente. También celebró una vez con Universidad Católica, en el Apertura de 2002. Ese año, incluso, levantó el trofeo como capitán cruzado, un privilegio poco dable para alguien que se había formado en Macul.

Ninguno de esos desenlaces, sin embargo, se parece al que hoy lo sitúa como campeón de la Primera B con Santiago Wanderers. De partida, porque la copa tendrán que levantarla en privado, luego de que la ANFP revirtiera la decisión original de no permitir el ascenso de los porteños a Primera.

"El viernes fue como cuando uno va a jugar una final, con ese dolor de guata, esa ansiedad, el cosquilleo. El sentimiento de injusticia nuestro era tremendo", describe el DT de 49 años.

¿Qué cosas se hablaban en el club?

El sentimiento era de rebeldía. Lo que más quise era dar mi punto de vista, mi parecer. Lo que se vive a nivel social es justamente lo que estaba pasando a nivel dirigencial en la ANFP. En la calle se pelea por solidaridad, justicia. El país está peleando contra los mismos abusos que se veían en Quilín, en la sede de la ANFP. Costaba entenderlo, por lo mismo, por el contexto en el que está el país. El trabajo de todos, del club, la corporación, el alcalde, abogados que se ofrecieron a ayudar, los hinchas, hizo entender que se había cometido un error.

Al menos, la situación se reparó y ya puede celebrar.

Se revirtió, somos campeones, estamos en Primera y eso nos tiene que llenar de orgullo a todos. Todos pusieron un granito de arena. Todos pusieron ese profesionalismo que necesitábamos para buscar el objetivo que nos habíamos planteado a comienzos de año. Por eso lo defendimos tanto, porque trabajamos mucho para lograrlo.

¿Existe una contradicción entre esa demanda de justicia social y que el campeonato se haya suspendido por los violentistas que rechazaban el regreso del fútbol?

Este movimiento social generó que algunos actuaran de mala forma. Eso está claro. Hubo amenazas a los equipos y se paró un partido, el de La Calera con Iquique, y eso hizo que se determinara no jugar más. Ahora hay una tarea bien grande a nivel de gobierno, clubes y ANFP, la de poner un reglamento que genere las condiciones para que eso no se vuelva a repetir. Que le permita a Estadio Seguro definitivamente erradicar la violencia en el fútbol.

El presidente de Wanderers, Rafael González, estableció que la renovación de su contrato es prioritaria...

Wanderers tiene la primera opción. El presidente me dijo que vamos a conversar durante la próxima semana y es lo que vamos a hacer. Hasta ahora no tenía ese ofrecimiento, seguramente por la situación que estábamos viviendo. Siento que se están dando pasos en ese sentido y que son valiosos.

¿Qué significa Wanderers para usted?

Es increíble lo que es Wanderers. No cabe en Valparaíso por el orgullo de ser porteño, de querer a una institución. En Valparaíso nació el fútbol chileno. Hay mucha historia en esta ciudad y para mí es un orgullo ser el entrenador del equipo campeón, trabajar con ellos y con un cuerpo técnico de grandes profesionales. Estoy cómodo acá.

¿Pedirá un plantel competitivo?

Hemos visto en la historia que cuando eso no se hace, los equipos que suben, rápidamente bajan. De toda esa experiencia tenemos que aprender y sacar lecciones. Si ascendemos, hay que competir con hidalguía, para ganar, poner objetivos precisos. No se puede pensar solamente en la permanencia. Wanderers es un equipo con historia y hay que consolidar el año y cinco meses que llevamos trabajando. Formar un equipo competitivo, para dar pelea.

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