El LIV Golf Series irrumpió con todo. Los millones que encierra este circuito financiado por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita son un gancho demasiado fuerte para atraer a grandes figuras del PGA. Los más recientes, el número dos del mundo Cameron Smith y el chileno Joaquín Niemann (19º), quienes se incorporaron por altas cifras a este nuevo tour, cuya particularidad es que presenta competencias individuales y por equipos y cuya duración es de apenas tres días (54 hoyos, sin corte).

El Deportivo confirmó que la llegada del talagantino le costó US$ 100 millones a la superliga (75 millones de la moneda estadounidense libres de impuestos), divididos en dos pagos. De este modo, la cifra se convierte en la más onerosa que ha percibido alguna vez un deportista chileno.

Pero la billetera no se quedó ahí, ya que Cameron Smith, actual número dos del mundo y campeón vigente del Abierto Británico, llegó por una cifra que bordea los US$ 125 millones, mismo presupuesto ofrecido a Dustin Johnson, Bryson DeChambeau, Patrick Reed y Sergio García. Mientras que Brooks Koepka se embolsó US$ 100 millones. A ellos se suma el mejor pagado Phil Mickelson, quien recibió US$ 200 millones por cambiarse.

Estos montos tuvieron directo impacto en la lista de ganancias que publicó la prestigiosa revista Forbes. El ejemplo más claro es que, de los 10 golfistas de la clasificación, siete de ellos pertenecen al LIV, encabezando el listado Mickelson, seguido de Johnson y DeChambeau. A este ritmo, es posible que en el ranking de ganancias del próximo año todos sean miembros del nuevo circuito.

También está el caso del sudafricano Charl Schwartzel, quien se quedó con el primer evento del nuevo circuito en Londres, consiguiendo US$ 4,75 millones, una cifra superior a todo lo que ganó en cualquiera de sus temporadas en el PGA.

El emergente tour ya dio muestra de su poderío al ponerle US$ 700 millones a Tiger Woods para que abandonara el PGA, oferta que la leyenda estadounidense desestimó para ser fiel al circuito norteamericano. De hecho, la situación lo hizo tomar un rol mucho más protagónico, a tal punto de viajar a Delaware para tratar de convencer a los indecisos, entre ellos Niemann, para que no se cambiaran de bando.

El Fondo Saudí

El Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (FIP) es el gran responsable de estas exorbitantes cifras. El dueño es el príncipe saudí Mohamed bin Salmán, quien hace poco tiempo adquirió el 80% de las acciones del Newcastle, de la Premier League de Inglaterra, por US$ 400 millones de dólares, mientras que su fortuna se empina por los US$ 350 mil millones (sí, leyó bien).

El compromiso del FIP es invertir US$ 10 mil millones por los próximos 10 años en el LIV Golf Series, apostando por un formato revolucionario, que busca cambiar la concepción y hasta, en cierto modo, las reglas de este deporte. Sin embargo, también se asoció con el Tour Asiático para lograr que en un futuro próximo le permitan entregar puntos para el ranking mundial.

Esa misma convicción es la que tienen los deportistas involucrados, una visión que ratificó Jorge Niemann, padre de Joaquín. “Joaco tomó su decisión con toda la info sobre la mesa, los pros y los contras. Él sigue con la misma pasión por su deporte; será una modalidad distinta que al final se abrirá paso en el mundo del deporte”, advirtió.

Joaco, capitán

Dentro de las funciones de Joaquín Niemann en este nuevo formato, se encuentra la de ser capitán del Torque GC, equipo que recibe su nombre por la resistencia del palo a torcer el eje durante el swing, algo parecido a lo que hace esta pieza en los automóviles, según sostiene el LIV, en su página oficial.

Su equipo incluye a Scott Vincent, de Zimbabwe, quien juega en su cuarto equipo diferente en otros tantos eventos; al australiano Jediah Morgan; y al español Adrián Otaegui, quien fue parte del equipo original que comenzó en Londres antes de la reorganización que sufrió la plantilla tras la llegada del chileno.

En la competencia por equipos, los dos mejores puntajes de juego por golpes en las dos primeras rondas contarán para cada equipo. Para la tercera y última jornada, contarán las tres mejores puntuaciones. El puntaje general más bajo del equipo después de 54 hoyos será el ganador del equipo. Los elencos competirán por una bolsa total de US$ 5 millones: US$ 3 millones para el primer lugar, US$ 1,5 millones para el segundo y US$ 500.000 para el tercero. Cada jugador recibirá una participación del 25% de las ganancias, por lo que resulta sumamente atractivo desde el enfoque económico.

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