Pablo Milad no esconde su sensación después de la goleada de la Selección ante Colombia. “Primero, hay una tristeza profunda. Con el último partidos nos ilusionamos con un juego más vistoso, con más voluntad. Cometimos errores. Eso hay que asumirlo. Esto se pone cuesta arriba. Si no mejoramos, hay que pensar en un proceso formativo. Hay un partido bueno y otro malo. Hay una inestabilidad que es típica de los procesos. Hay chicos que están teniendo su primera experiencia. Cuando juegas relativamente bien y pierdes, se abre el apetito que después se diluye con una inestabilidad defensiva”, analiza respecto de los vaivenes de la Roja.

La continuidad del entrenador se discutirá en una junta entre todas las partes involucradas. “Nosotros siempre nos reunimos para hacer un análisis completo. De la logística, de todo. Eso se hace en frío. Ya conversaremos con Ricardo. Cualquier decisión que se tome tiene que ser en frío”, establece.

“Tiene contrato”

Lo que sí admite el presidente de la ANFP es la desilusión que experimenta por el rendimiento de la Roja. “Nosotros, como dirigentes, tenemos la obligación de minimizar variables, de dar todo lo que pide el cuerpo técnico y eso es lo que hemos hecho. Hemos cumplido en todo lo que se ha pedido”, dice, dando cuenta del respaldo con que ha contado el proceso del Tigre a todo nivel y, sobre todo, desde las variables que le corresponde controlar.

Ricardo Gareca con Thomas Galdames (Foto: Photosport)

Sin embargo, tarda poco en reconocer que las expectativas no han sido satisfechas plenamente. “Claro que nos ilusionamos con un equipo ofensivo, que marcó ocho goles en tres partidos y que después se diluyó en la Copa América. Nos pegamos un porrazo en la realidad, que nos tiene donde estamos”, sentencia, en alusión al indecoroso último puesto que la Roja ocupa en la tabla de posiciones.

Tiene contrato vigente”, se limita a decir respecto de la continuidad del entrenador, con una frialdad que refleja una relación dañada por los resultados. Sin embargo, el papel ya ni siquiera constituye una garantía de que la relación se vaya a mantener. Lo admitió el propio Tigre.

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