Un Real Madrid con sensaciones encontradas llegó a la cuarta fecha de la Champions League, donde en la fecha anterior protagonizaron una gran remontada para golear por 5-2 al Borussia Dortmund. No obstante, los merengues enfrentaron al Milan con la misión de recuperar la imagen ante sus hinchas tras la humillante goleada 0-4 sufrida ante Barcelona en el clásico español.

Por ello, el cuadro hispano necesitaba imperiosamente vencer al conjunto italiano, que también se encontraba necesitado de victorias. Sin embargo, eso no ocurrió y volvieron a caer en el Santiago Bernabéu, esta vez por 1-3.

El elenco rossonero intentó presionar en los primeros minutos, provocando un partido de ida y vuelta. Por eso no sorprendió que la primera cifra llegara rápidamente. Y fue a través de una vieja fórmula de los equipos peninsulares: el balón detenido. A los 12′, Malick Thiaw se elevó tras un córner de Christian Pulisic y conectó de cabeza, ganándole el salto a Eder Militao y batir a Andriy Lunin.

En un escenario muy similar a lo sucedido ante el Dortmund, el Madrid se volcó nuevamente hacia el área rival en busca de una remontada. Y el empate llegó rápido tras un discutible penal de Emerson Royal sobre Vinícius Junior. El brasileño no tuvo problemas para ejecutar el lanzamiento con maestría y poner el 1-1, a los 23′.

No obstante, los problemas defensivos del equipo de Carlo Ancelotti nuevamente quedaron en evidencia en el minuto 39. Ahí, tras un mal pase de Aurelien Tchouameni, un rápido contraataque encabezada por Pulisic (la figura de la noche) acabó con un remate de Rafael Leao que Lunin contuvo a medias. En el rebote, un rapidísimo Álvaro Morata llegó para empujarla y poner el 1-2. Duro golpe que público no perdonó, pues respondió con sonoras pifias al término de la primera etapa.

Para el segundo tiempo, el DT merengue quiso dar un golpe de efecto sacando a Tchouameni y Federico Valverde para mandar a la cancha a Brahim Díaz y Eduardo Camavinga, para darle tintes más ofensivos a su equipo. Mientras que el conjunto visitante mantuvo su orden y siguió apostando a las salidas rápidas para sorprender a su rival.

El golpe de gracia

A los 52′, Lunin estuvo brillante para evitar el gol de Leao. El meta ucraniano sacó un cabezazo que se colaba en el arco y que hubiese significado la temprana sentencia del partido. A esas alturas, estaba todo dado para que los pupilos de Paulo Fonseca liquidaran el encuentro, ya que las bandas fueron verdaderos pasadizos. Y así fue.

La pésima organización defensiva del Real Madrid, le permitió a Leao llevarse a Lucas Vázquez y a Militao y centrar para que Tijjani Reijnders definiera sin marca por el centro, para poner el 1-3, a los 73′. Partido liquidado y las pifias se hicieron cada vez más fuertes en esos minutos finales, desaprobando la actuación de un equipo que está muy lejos de ser el equipo que dominó en la temporada pasada.

Con bastante desorden, el Real Madrid intentó atacar para llegar al descuento. Y de hecho, parecía conseguirlo a los 85′, a través de Antonio Rudiger, pero el VAR lo desestimó tras una milimétrica posición de adelanto del alemán.

Así, los pupilos de Ancelotti lamentaron otra dura derrota que ahonda su crisis y llena de cuestionamientos a un equipo que cuenta con los mejores jugadores del mundo y que esta temporada sigue sin marcar diferencias. Milan, en tanto, se lleva una valiosa victoria que reafirma las convicciones del proyecto de Paulo Fonseca.