O'Higgins: M. Pinto 5; A. Acevedo 6, Ju. Fuentes 5, R. Osorio 5; A. Márquez 5, N. Oroz 5, M. Vera 4, R. Cereceda 5 (86', J. C. Espinoza -); R. Fernández 5 (81', T. Alarcón 5), J. Acosta 5; N. Mazzola 4 (81', P. Calandria 4). DT: G. Milito 5.
Iquique: R. Naranjo 6; A. Moreno 4 (81', Jo. Fuentes 5), M. Blásquez 5 (50', H. Lopes 4), M. Zenteno 5, N. Peñailillo 5; J. P. Miño 4, E. Carvajal 5; N. Royón 3; D. Torres 5, H. Salinas 4; L. Espinoza 5 (70', R. Becerra 4). DT: M. Riffo 4.
Goles: 0-1, 45'+2', cabezazo de L. Espinoza con córner de Torres; 1-1, 66', Acevedo anota con la derecha, luego de pivoteo de Mazzola; 2-1, 72', Oroz, con un zurdazo a quemarropa, habilitado por Acosta, quien ingresó en posición fuera de juego.
Árbitro: C. Garay 3. Amonestó a Acosta (O); Miño (I).
Estadio El Teniente. Asistieron 3.485 personas.
Se notó en las tribunas, tanto por la merma en el número de espectadores como por la actitud de la menguada tribuna norte de El Teniente. Al finalizar, sin embargo, muchos de los que llegaron con poca fe o pidiendo la salida de Gabriel Milito, se fueron celebrando un triunfo ante Iquique que reubica a O'Higgins en la zona de la tabla que, por potencial institucional, supuestamente merece.
Los rancagüinos llegaban a su estadio precedidos por una campaña irregular y la molestia de sus hinchas tras caer Unión La Calera, por 4-0. Y al concluir el primer tiempo, la situación parecía repetirse, pues la visita controlaba el juego en no menor medida y O'Higgins parecía carecer de ideas y entusiasmo para cambiar su destino. Lo peor vino en el cierre de la etapa, cuando los Dragones abrieron la cuenta.
El tanto en contra, paradojalmente, tuvo un efecto doblemente positivo para el local: le hizo reaccionar y, de paso, cambió para mal la actitud de los nortinos, quienes retrocedieron y perdieron el manejo del balón. Por eso, no fue extraño que se produjera la igualdad al promediar la etapa final y que, pocos minutos después, el marcador se volcara para alivio de Milito.
Punto aparte fue la pobre actuación del trío arbitral, que dejó pasar un par de penales, algún offside decisivo y un tanto equivocadamente invalidado. Eso, sin embargo, terminó importándoles poco a Milito y a los hinchas de O'Higgins, quizás hoy algo más reconciliados.