Mirko Jozic y Leonardo Véliz: los detalles y la exigencia detrás de la cumbre que juntó a la historia más gloriosa de Colo Colo
En Split, el croata y el Pollo, unidos por una amistad derivada de un vínculo que también fue profesional, se juntaron para evocar recuerdos. Naturalmente, el Cacique fue el eje de varios e interminables diálogos. El balcánico es la insignia del campeón de América. El Pollo fue figura en la versión que en 1973 llegó a la final continental. Exige la presencia del estratega en la celebración del Centenario albo.
Colo Colo 73 y Colo Colo 91 son, por mucho, los mejores equipos que el Cacique ha producido en toda su historia. La discusión respecto de cuál fue el mejor será tan eterna como el legado que dejaron las escuadras de Luis Álamos y Mirko Jozic. Al primero, se le atribuye una importancia histórica que trasciende lo meramente deportivo. Se dice, por ejemplo, que retrasó el golpe de estado. El segundo impone sus términos con un logro tan concreto como inolvidable: la obtención de la Copa Libertadores de América en 1991, un logro que vuelve a ilusionar a sus fanáticos, a propósito de la participación del equipo de Jorge Almirón en los cuartos de final, que define ante River Plate. Y una consideración más subjetiva, pero igualmente demostrable: cambió la forma de jugar fútbol en Chile. La estructura del triple rombo y, sobre todo, un ritmo endemoniado supuso un cambio paradigmático del que incluso tomó nota otro personaje clave en la existencia del fútbol nacional: Marcelo Bielsa. El Loco vino a Macul a obtener detalles de la fórmula.
Esa parte de la existencia más gloriosa de los albos se juntó hace algunos días en Europa. Concretamente en Split, donde reside el técnico croata, quien hace años dio por concluida su carrera y está alejado de la vida pública. Hoy por hoy, su refugio es su familia. Hasta esa localidad llegó Leonardo Véliz, el alero izquierdo del entramado táctico del Zorro. ¿Qué los une? Aparte de Colo Colo, el pasado común por la Selección y el Sporting de Lisboa. Jozic fue entrenador del primer equipo cuando Véliz estaba a cargo de las divisiones inferiores, después de una brillante gestión en las selecciones menores chilenas. En 1993, de hecho, obtuvo el tercer lugar en el Mundial Sub 17 de Japón, con el recordado contingente encabezado por Manuel Neira y Sebastián Rozental.
“Colo Colo tiene que traerle para el Centenario”
“Tenía muchas ganas de verlo. Desde el 2005 que nos veíamos. Fuimos con mi señora a Europa por 23 días. La última parte fue estar con él. Fue en Split. Estaba muy emocionado de verlo. Cada vez uno está más viejo y nunca sabe. Hablamos con Lana, con el marido de Lana. Es una ciudad muy linda. Mirko vive una vida apacible, tranquilo, camina por la costa. Se mantiene bien, con una memoria espectacular. Hablamos 13 horas. Nos vimos en un café, después en una cena, después lo invitamos a un restorán. Luego fuimos a su departamento, donde tiene sus trofeos. Tiene una camiseta de Colo Colo enmarcada, muchos reconocimientos. Camisetas, recuerdos de sus hitos más importantes”, explica el exdelantero. La única referencia en esta nota, por cierto.
Véliz se cuida especialmente de no incurrir en infidencias. “Mirko es bien simple. No habla de grandeza. Menos de la propia. ‘Esto es pasado, ya fue’, dice. Valora el reconocimiento y quiere mucho a Chile, eso sí. Dentro de todo lo que me mostró, queda claro. Es agradecido del hincha chileno y sobre todo del colocolino. Fue una reunión muy emotiva”, profundiza
El Pollo aboga decididamente por un homenaje masivo al entrenador, quien cumplirá 85 años 11 días antes de que el Cacique festeje los 100. “Le dije que era una leyenda viva y lo motivé para que viniera a Chile, si es que Colo Colo lo invita. Colo Colo tiene que hacer el esfuerzo de invitarle con su familia. Lana es una hincha en el extranjero”, enfatiza.
“Le dije que tiene que ver a Chile por el Centenario de Colo Colo. Dice que no le cuesta viajar, pero es muy humilde. No está ansioso de venir y recibir halagos y reconocimiento. Me dio a entender que con lo que hizo ya está pagado. Ávido de recibir elogios no está. Yo le dije que tiene que venir. Le toqué el corazón. Le dije que los nietos tienen que saber que es una leyenda. Quedó dando botes la cosa”, añade.
Véliz refuerza el sentido de justicia de un tributo masivo. “Colo Colo no puede perder la oportunidad de hacerle un homenaje en vida, porque está en deuda. Si Colo Colo y los hinchas hacen una campaña para que venga, hay que traerlo. Pero él no presiona. Por su perfil. Eso hay que considerarlo. Él mantiene su postura de que el pasado ya es eso, de que no lo puede cambiar. Delante de su familia le dije que es uno de los entrenadores más ecuménicos. Lo quieren todos los hinchas del fútbol chileno. No estoy trasgrediendo nada. No llevé ninguna misión de nadie de Colo Colo. Le pedí que lo haga por los hinchas, no por otros intereses. Es pública mi postura respecto de Mosa”, aclara.
Fútbol y arte
El fútbol y Colo Colo se llevaron buena parte de las referencias, aunque también hubo espacio para compartir otras inquietudes y para extraer conclusiones decidoras. “A Mirko le gusta mucho la ópera, el arte. Hablamos de Verdi. También de fútbol, de ayer y de ahora. Coincidimos en que el actual desestima el talento, que no lo cuidan. Él tiene un aspecto de humanidad tremenda. Tenía una foto que le saqué cuando hicimos la escuela de fútbol en Las Condes, en medio de cabros chicos. Cuando supo de esa foto, la enmarcó. Para él la risa de los niños era su principal logro. Escapa a lo que piensan muchos entrenadores. Ve la vida con mucha filosofía. Habla de sembrar, de los frutos.”, sostiene Véliz.
El vínculo entre Jozic y Colo Colo se mantiene. “Sabe todo del equipo, porque ve fútbol de todo el mundo. Le complica un poco ver el fútbol chileno, por el horario. Allá son seis horas más. Trasnocha. No vimos el partido con Junior juntos, porque no había llegado. Pero está pendiente, ve los partidos”, revela Véliz. Hay un margen que el europeo no traspasa. “No me comentó nada específico de algún jugador. Sí en general del fútbol chileno. No puedo decir mucho, pero dice que en general que el fútbol va en caída, que hay otros intereses. Que lo del Manchester City desnaturaliza la actividad”.
Un aporte clave
Véliz no duda en la trascendencia de su interlocutor. “Cuando uno habla de quien cambió al fútbol chileno, Mirko fue primero. Y el Zorro también está en esa lista. Él recibió varias veces a Bielsa. Eso te indica que si uno habla con Bielsa, debe haber rescatado muchas cosas de Mirko. No tocamos ese tema, pero le reconocí que había cambiado la mentalidad del fútbol chileno con Colo Colo 91. Desmenuzamos ese equipo y concluimos que ganó todo con un plantel de 16 jugadores. Y que cuando se le lesionaron los cracks, recurrió a Salvatierra, Soto, Peralta. Eso es una demostración. A Almirón se le lesiona un jugador y ya está pidiendo un refuerzo. Eso lo digo yo. No confíaba en Jeyson Rojas o en Daniel Gutiérrez. Mirko miró hacia abajo. Eso lo tiene claro. Cuando pierde a Dabrowski, modificó el sistema para no hacer centros, sino llegar a línea de fondo y buscar el centro hacia atrás. Hablamos de cómo enfrentar un proceso mirando desde abajo”, reflexiona, en un repaso que considera a la versión actual del Cacique.
Hubo alusiones específicas. “Me contó, por ejemplo, por qué llegó el Chico Pérez. Que le faltaba un 10, un jugador distinto. Que lo vio entrar en un partido de la UC. Que con lo que hizo le bastó para pedirlo. Lo pasaron por US$ 30 mil dólares como préstamo. Y mira en lo que terminó. Ese es el ojo que se necesita para capturar el jugador que se necesita. Y hablamos del cambio de posiciones, de por qué contrató al Coca Mendoza. Que no tenía muy buenos antecedentes, pero era un guerrero. ‘Tráigánmelo, yo hablo con él’, les dijo a los dirigentes. No trabajaba con sandías caladas”, dice Véliz. El granerino ha elevado la importancia de su mentor al punto de considerarle ‘su padre’.
En las conversaciones no hubo espacio para el análisis de la gestión de Blanco y Negro, una estructura que Jozic integró en sus inicios. “No hablamos de la gestión de Blanco y Negro. Más de otros dirigentes que conocimos, pero de Sporting. También hablamos de Cristiano Ronaldo, de que lo fuimos a ver cuando tenía 13 o 14 años. Se acordaba de haberle visto”, agrega el Pollo. “Hablamos del declive en los procesos”, puntualiza en relación a una preocupación propia de los entrenadores.
La cita terminó con un obsequio significiativo para ambos. “Le regalé un banderín, que me lo habían pedido del museo de Colo Colo y no quise entregarlo. Es de 1956. Colo Colo tenía apenas seis campeonatos. El banderín tenía que estar en ese living donde se respira Colo Colo con el alma. Me lo había regalado un viejito cuando estaba haciendo campaña para concejal en Santiago. Me mostró una foto del equipo, autografiada. Le pedí la foto. ‘No seas patudo’, me dijo. Y me dio el banderín”, sostiene.
El gesto generó una genuina reacción. “A Mirko le brillaron los ojos. Se emocionó”, concluye Véliz. Él también.
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