En el duelo ante Japón, la selección de España estuvo rozando una sorpresiva eliminación del Mundial. Finalmente, clasificaron a los octavos de final, aunque segundos del grupo E, detrás de los nipones. Ahora, el elenco de Luis Enrique tiene por delante un desafío no menor: Marruecos. Los magrebíes son los únicos representantes de África que permanecen en el torneo, tras la eliminación de Senegal a manos de Inglaterra.
El ex DT del Barcelona optó por llevar a Qatar a un plantel renovado, con algunas incrustaciones de más experiencia, como Sergio Busquets. De hecho, la plantilla hispana tiene un promedio de edad de 25,4 años, la segunda más joven entre los clasificados a octavos de final de la Copa del Mundo. Uno de las nuevas caras de la Roja europea es Nico Williams (20), categoría 2002, delantero del Athletic Club de Bilbao. Es protagonista de una de las historias más llamativas alrededor de la cita planetaria.
Se han dado duplas de hermanos que hayan jugado el Mundial. En esta edición hay varias, que compartieron camarín: Eden y Thorgan Hazard en Bélgica, Lucas y Theo Hernández en Francia, por decir un par de ejemplos de compañeros de vida y de bandera. Revisando hacia atrás, están los Boateng, que disputaron Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 por elencos distintos (Jerome, con Alemania, y Kevin-Prince, con Ghana). Cabe considerar que tienen el mismo padre y se criaron con madres separadas en Alemania.
Pero lo de Nico e Iñaki Williams tiene matices que le dan cierta diferenciación a esta historia. Son los primeros hermanos de padre y madre en una Copa del Mundo con dos selecciones distintas. Nico lo hace por España; Iñaki lo hizo con Ghana. La misma sangre, por ambos progenitores, pero una camiseta distinta. Ambos, compañeros en el equipo vasco, tienen padres ghaneses, que escaparon hacia Europa en busca de una mejor vida. Los dos son oriundos de España: Iñaki nació en Bilbao y Nico, en Pamplona.
El mayor, Iñaki (28 años), había disputado un partido por la selección española absoluta en 2016. Fue un amistoso ante Bosnia-Herzegovina. Sin embargo, desde este año, determinó representar al combinado de las Estrellas Negras, el país de sus progenitores.
Félix y María, padres de ambos futbolistas, son refugiados africanos que salieron de su nación para reiniciar su historia familiar. En 1990 se trasladan a Europa y su primer objetivo era recalar en el Reino Unido, pero les recomendaron irse a España. La travesía los llevó hacia Bilbao en 1994. Iñaki, el mayor de los hermanos, tiene su nombre en honor a un sacerdote que ayudó a los Williams a encontrar trabajo.
En una nota conjunta que le brindaron al diario Marca, antes del Mundial de Qatar, los hermanos hablaron de la compleja odisea que debieron pasar sus padres. “Nosotros no éramos conscientes de todo lo que pasaron hasta que siendo más mayores nos lo contaron. Ahora valoras más todo lo que hicieron por darnos a los dos una vida mejor. Hubo momentos de nuestra infancia que les echamos de menos, pero ahora entiendes que dieron todo lo que tuvieron para que Nico y yo tengamos este presente”, dijo Iñaki.
En la misma instancia, Nico contó lo fuerte que fue para ambos ver, en África, a personas muy jóvenes trabajando en el campo: “Sentí un escalofrío cuando me lo dijo y pensarlo. Eran chicos más pequeños que yo y verlos trabajar así te hace pensar que eres un privilegiado gracias a tus padres”.
Si se daban algunas combinaciones, España y Ghana pudieron enfrentarse en Qatar, lo que finalmente no sucedió. Mientras los europeos siguen en carrera, los africanos se despidieron en la fase grupal luego de su derrota con Uruguay. Iñaki jugó los tres partidos (252 minutos) y no pudo convertir. No influyó en materia ofensiva para su seleccionado.
Por su parte, Nico acumula 102 minutos en el Mundial. Ha disputado tres encuentros, uno de titular (el último, ante Japón). Como alternativa de ataque, puede ser puntero derecho o relevo del delantero centro, cuya carta principal es la Álvaro Morata.