El mito frente a la realidad: ¿Es el Superclásico un partido aparte?

Suele decirse que "da lo mismo cómo se llegue en la tabla" a la hora de enfrentar un clásico. Un lugar común, como otros, muy repetido entre los jugadores, pero que, al menos en la realidad chilena, parece tomar sentido. El clásico entre Colo Colo y la U se inclina estadísticamente a favor de los albos, quienes gozan de la hegemonía histórica en el total de cruces entre ambas escuadras. La situación cambia si se analiza, además, la posición en la tabla en la que ha llegado cada uno al compromiso más trascendente del fútbol chileno.

La paridad parece absoluta. De hecho, desde el Torneo Nacional 1990 hasta la fecha, albos y azules se han enfrentado en 56 oportunidades (obviando para este análisis los cruces en llaves de eliminación directa, finales, además de los clásicos de la fase regular 2004, que se jugaron en la primera fecha de cada uno de los dos torneos de ese año), registrándose 18 victorias para el equipo que llegó mejor posicionado, 19 para el que llegó peor y 19 empates. Un triunfo laico este fin de semana, por ende, emparejaría plenamente aquella estadística.

En esa misma línea, la última década ha sido enteramente favorable para los colocolinos y los números les dan ilusión de cara a este domingo. Desde 2008 a la fecha, de hecho, los dos equipos más populares del país se han enfrentado en 20 oportunidades, registrándose cuatro empates, cuatro triunfos azules y 12 victorias albas. De aquellas, nueve las logró llegando, tal como este fin de semana, peor posicionado que su archirrival en la clasificación.

Como contrapartida, de un total de 28 ocasiones que la U llegó mejor en la tabla desde 1990 hasta la fecha, se quedó con la victoria solamente en ocho ocasiones. De esos encuentros que los azules eran favoritos, además, seis terminaron igualados y 14 culminaron con una victoria de Colo Colo.

Al Estadio Nacional, este domingo, los universitarios llegan como líderes del torneo y con una racha de nueve encuentros sin derrotas. Los de Macul, en tanto, en medio de una crisis que lo ha afectado en toda índole, pero con la ilusión de hacer pesar la historia y poner en práctica esa vieja máxima de que realmente no importa en qué momento o lugar se llegue al clásico.