El US Open comenzó y los chilenos ya jugaron sus primeras rondas del torneo. Guillermo Pereira cerró igualado con el campo y metido arriba. Joaquín Niemann, en cambio, tenía todo para dormir en la parte alta, pero en los últimos cuatro hoyos tuvo tres bogeys y quedó atascado en la mitad de la tabla del evento que reúne a rebeldes y oficialistas, con una tarjeta de +1.

Gran parte de la atención se la ha llevado el cruce entre los jugadores fieles al PGA y los que se subieron al carro de la LIV Golf. Incluso, Joaco confirmó hoy que no tiene intención de irse a la liga de los petrodólares: “No voy a ir a ninguna parte ¿Si tuviera 40? Tal vez sería diferente” fueron sus palabras.

Niemann fue el primer chileno en salir al Country Club de Brookline, ese recinto de 140 años de antigüedad y pieza fundacional del PGA. Entre árboles centenarios y los miles de fanáticos que rompían el silencio al que el recinto está acostumbrado, el nacional comenzó su viaje por un nuevo major.

Sin embargo, el campo le mandó un aviso de inmediato. Bogey en el hoyo uno, tras un error en el green, probablemente, influenciado por los nervios de comenzar la travesía. Pese a ese primer castigo, la ronda de Niemann siguió sin problemas. Estuvo igualado con el par hasta el hoyo seis, donde aprovechó el par tres y clavó el primer birdie del día. Un impulso para lo que vendría en la bandera ocho.

Allí, el talagantino se llevó todos los aplausos. Poco importaron los 500 metros que habían entre el tee y el hoyo. Niemann pegó fuerte, como siempre suele hacerlo, y con el approach quedó a dos metros de la bandera. Un tiro fenomenal que le dio el águila antes de terminar la ida de su ronda.

Tras eso, todo parecía tranquilo. Es que, pese a que en los hoyos siguientes no descontó, ese -2 que llevaba acumulado era un colchón importante, sobre todo en un día y un campo que no iba a dar tantos resultados bajos. El problema fue que justo cuando iba camino a cerrar la ronda, el descontrol se apoderó de su tarjeta.

En los últimos cuatro hoyos, Niemann cometió tres bogeys, incluidos el 17 y el 18. Fue un golpe duro para sus registros. Claro, porque en vez de meterse entre los diez mejores del torneo, tuvo que conformarse con la mitad de la tabla. Algo que molesta, pero que no le quita el sueño. Queda mucho torneo y las estimaciones le dicen que, pese a llevar un +1 en sus espaldas, las chances de superar el corte son cercanas al 75%.

Mito queda igualado con el campo

Mito salió al tee de la bandera uno ya en las rondas de la tarde. Con Niemann ya terminando su primera jornada de golf, Pereira recién se posaba para pegar su primer tiro. A diferencia de Joaco, tuvo una ronda que se definió en ciertos tramos.

Fueron momentos específicos donde su tarjeta se convulsionó y tuvo cambios consecutivos. Primero, por ejemplo, en el tramo del hoyo cinco al nueve. En esas cuatro banderas consiguió dos birdies y dos bogeys, con un ir y venir de emociones, que al final lo dejaban igualado con el campo, como si nada hubiese pasado.

Después, la calma se terminaría en el hoyo 11, donde nuevamente tendría un birdie y abriría la puerta para que los cambios volviesen a llegar. Bogey en el 13 y descuento en el 14 para quedar con -1 y mirar en su nombre en la parte alta del tablero.

Pero el día no terminaba ahí. Ya cuando entraba al tramo final, clavó un bogey que lo hizo retroceder a la exigencia del campo. No fueron buenos hoyos para los chilenos aquellos, pero, al menos en el caso de Pereira, pudo salvar el par en el 18 y cerrar con una bandera limpia. El día no fue fácil. Y así lo demuestra el hecho de que menos de 30 jugadores lograron quedar bajo el par. Mito casi fue uno de ellos y ahora está a cuatro golpes del líder, el canadiense Adam Hadwin.

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