Esteban Paredes vuelve a tener 216 goles en su registro. No alcanzó a pasar un día entre que la ANFP le borró el gol que le había convertido a Cobresal hace nueve años y le restituyó la condición de exclusivo goleador histórico del fútbol chileno. “Me da mucha risa lo que se habla ahora. Cada uno sabe por qué lo hace. Yo sé que logré el récord”, decía el artillero antes de la ratificación del legendario registro. Pero, entremedio, hubo mucho más que risas. Incluso, amistades que se fracturaron o se rompieron para siempre.
El 30 de enero de 2011, en el arco norte del estadio Monumental, que no recibió público por un castigo derivado de incidentes protagonizados por la Garra Blanca el año anterior, el Tanque anotó un golazo que merercía otro marco y cuya factura ha sido lo único inobjetable en todo este tiempo. El partido terminó igualado 2-2. Sin embargo, el 25 de febrero la Primera Sala del Tribunal de Disciplina, constituida por Ángel Botto, Exequiel Segall, Alejandro Musa y Álvaro Ramírez, determinó que el Cacique había incluido irregularmente al volante Joan Muñoz como suplente. En consecuencia, decretó como vencedor a Cobresal por 0-3 y le aplicó al club de Macul una multa de 500 UF, en un fallo apelable en cinco días, cuyo fondo no tuvo alteraciones.
Las discusiones
Ese gol revivió el año pasado cuando Paredes se puso a tiro de la marca de Chamaco Valdés, quien con 215 goles detentaba la condición que hoy le pertenece, y, finalmente, lo superó. Fue en ese momento cuando los estadísticos que trabajan en torno al fútbol chileno debatieron y adoptaron como convención la validez de la conquista del delantero albo frente a la escuadra de la Tercera Región. “El año pasado, cuando Paredes se acercaba al récord, discutimos con varios colegas y llegamos un acuerdo. El ejemplo fue Pedro González, a quien le sumamos el gol que le convirtió a O’Higgins en 2000. Lo mismo corría para Paredes: los goles en cancha son de autoría del jugador. Y así para todos”, describe Luis Navarrete, Don Dato, estadístico de La Tercera. La discusión no fue fácil. Hubo varias conversaciones para llegar a la conclusión.
Después de ese pacto, nadie discutía el 216 de Paredes, quien días después del Superclásico frente a Universidad de Chile era homenajeado en la misma ANFP que ayer, temprano, lo bajaba del pedestal y borraba por alguna horas la estrella que le asignó en su paseo hollywoodense ‘a la chilena'. Eso hasta que la ASIFUCH, una asociación de historiadores que no había participado de la discusión, volvía a poner en duda el registro, basándose en la anulación de ese partido, lo que, reglamentariamente, no es correcto.
Lo más importante, en cualquier caso, es que la ANFP es la que termina retrocediendo, ahora en función de sus registros históricos. Los mismos a los que había aludido para restarle la conquista.
El funcionario ejemplar
Rodrigo Robles, el gerente de ligas de la ANFP, reactivó la discusión cuando le declaró al sitio As que el gol de marras no le pertenecía a Paredes. Aludía a la base de datos y a la planilla de juego, que consignaba el 0-3 con que el partido se dio por terminado en función de la irregularidad reglamentaria. En Quilín, en todo caso, corporativizan la equivocación. “Fue un lamentable error de la ANFP”, reconocen, a modo de blindaje. Nadie se explica por qué se vio en medio del lío o por qué cayó ante una consulta periodística.
Robles es, según dicen en Peñalolén, lo que más se parece a un funcionario ejemplar en la organización. De hecho, desde su rol tiene a cargo la Comisión Retorno, una instancia clave para determinar el regreso del fútbol, que inicialmente está programado para el 31 de julio.
A la ANFP, el MBA en Administración de la universidad Adolfo Ibáñez, con un master en Derecho Deportivo Internacional en la Universitat de Lleida, España, llega en marzo del año pasado, después de una exitosa gestión en O’Higgins, cuyo punto más alto fue el título de 2013, el único que ostenta la entidad rancagüina.
Desde que llegó a la sede del fútbol chileno, se transformó en un personero clave. Conocedores de su rutina describen que trabaja 12 horas diarias en las tareas de la Comisión Retorno. Y que en ese plazo se reúne con los médicos, con la Comisión Calendario, el Sifup, el CDF y los entrenadores. “Coordina todo”, grafican. Su alcance llega incluso a la relación con las autoridades gubernamentales y a un rol determinante en la elaboración de los protocolos del regreso, que se basan en los que consiguió gracias a las conexiones internacionales que tiene en Alemania, Inglaterra y España. “Su tarea permitió ir trabajando por adelantado”, valoran. Y concluyen que su aporte forma la base del documento que la Conmebol les entregó a las asociaciones que la componen.