Juan Pablo Mohr avisó a través de su cuenta de Instagram que la cumbre Dhaulagiri (8.167 metros sobre el nivel del mar) ya estaba en su lista de sus logros. Fue la confirmación que todos esperaban en Santiago, luego de que 24 horas antes se avisara desde el Himalaya que su cordada ya se había instalado en la séptima cima más alta del planeta. Así, se transformó en el primer chileno que conquista este macizo.
Una experiencia inolvidable para el chileno. Fue su regreso a las montañas después de sufrir la muerte de su padre Raúl, lo que le obligó a suspender y modificar todo su calendario 2019. El ascenso al Dhaulagiri fue una prueba física, mental y también emocional, como relata el propio Mohr a La Tercera. "El Dhaulagiri tiene muy bien ganada su fama de ser una de las montañas más peligrosas del mundo. Fue una expedición durísima", expresa desde los picos asiáticos.
Este es el quinto ochomil que suma el especialista nacional, después del Manaslu (8.163), el Annapurna (8.091), el Lhotse (8.516 m)y el Everest (8.849). Su gran objetivo es hacer 14, todos sin la ayuda de oxígeno suplementario ni sherpas. "Cada ochomil es más difícil que el anterior. Quiero más, pero voy paso a paso", apunta. Su próxima expedición está agendada para el primer semestre de 2020. De hecho, su idea es retomar el proyecto original de este año, que era subir cinco montañas sobre los 8 mil metros en 100 días, algo que nadie ha logrado hasta la fecha.
Sobre las dificultades del Dhaulagiri, Mohr explica que "es una de las montañas más complicadas en términos climáticos, su ubicación hace que reciba todos los frentes que chocan directo con el macizo, muchas veces cuesta hasta mantenerse en pie. Y esta vez no fue la excepción, después de cada temporal, la huella se volvía a tapar y teníamos que abrir camino cada día".
Respecto al ataque a la cumbre, lo que provocó cierta incertidumbre en su equipo de apoyo en Santiago, el deportistas apoyado por CMPC recalca fue "durísimo, un canalón muy cargado que para evitar riesgo de avalanchas lo enfrentamos por otra ruta, que nos llevó a perdernos un buen rato y nos costó mucho encontrar la entrada del corredor".
Finalmente, Mohr no dejó de recordar a su padre recientemente fallecido tras el éxito en el Dhaulagiri. "Fue muy especial llegar a la cumbre. Estaba muy cansado, pero me acordé de mi viejo, pensé mucho en él", comentó emocionado.