Moreno, cada vez más solo: le renuncia un cuarto director y queda al borde del abismo

Sebastián Moreno y Martin Iribarne
Sebastián Moreno y Martín Iribarne, en la tribuna del Municipal de La Florida, durante el partido entre La Calera e Iquique, de 2019.

Martín Iribarne, quien fuera uno de los miembros de la mesa más cercano al presidente del fútbol chileno, se desvinculó de la sede de Quilín durante esta mañana. Se le suma a la lista compuesta por Corradossi, Fazio y Albagli.



Martín Iribarne presentó su renuncia al directorio de Sebastián Moreno. Hoy, cerca del mediodía, el argentino le dio otro golpe al presidente de la ANFP. A través de un documento, Iribarne explicó su desvinculación de la mesa de Qulín: "Motivos irreconciliables con Moreno en la condición de presidente la ANFP”, dice el texto ingresado.

Lo cierto es que Iribarne arrastraba problemas con Moreno pues lo acusaban de abuso de poder en su cargo, luego de que Deportes Valdivia presentara argumentos en contra de su actuar a favor de La Calera (club al que pertenece) por la propiedad del pase de Erick Wiemberg. Se le quería poner un voto de censura en el consejo de presidentes. En marzo, en contacto con La Tercera, Iribarne daba una idea de sus pasos a seguir: “Después del trato recibido de parte del presidente, en forma desproporcionada, lejana y con absoluto desapego a la realidad de las cosas, estoy pensando en dar un paso al costado. No puedo trabajar con alguien que toma los temas en forma personal. Más aún si siempre lo apoye, desde que me integré a su lista de directores”, señaló.

La renuncia de Iribarne pone en aprietos a Moreno. Se le suma a la lista de directores que ya han abandonado al presidente de Quilín. El último fue Aldo Corradossi, en marzo. Antes ya lo habían hecho Jacques Albagli y Andrés Fazio. Solo logró insertar a Marcos Kaplún, y anotó un rechazo del consejo de presidentes con la postulación de Lorena Medel.

Hoy, frente a tal escenario, Moreno queda con el quórum mínimo para seguir en la mesa. Solo lo acompañan Arturo Aguayo, Raúl Jélvez y Marcos Kaplún. Es decir, junto a la presidencia, tiene cuatro puestos de siete. Uno más provocaría elecciones. "Los estatutos disponen de un quórum mínimo para las sesiones de directorio que es de la mayoría de los directores en ejercicio. Asimismo, contemplan disposiciones especiales para vacancia de los cargos de presidente y de director, disponiendo que en el caso del presidente que si se produjera la vacancia de este cargo, y solo respecto de este cargo, procede a una nueva elección, a menos que la vacancia se produjere dentro del año en que corresponde renovar el directorio, caso en que subroga el vicepresidente. Para el caso de los directores, es el Directorio el que propone completar el cargo vacante y el Consejo es el que efectúa la elección. En ningún caso procede otra elección que no esté contemplada en los estatutos”, señaló Matías Rivadeneria, secretario ejecutivo de Quilín, quien ya había explicado el escenario de la mesa directiva tras la renuncia de Aldo Corradossi.

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