El golpe a la credibilidad del deporte ruso es inmenso. Y la reacción de las autoridades rusas a las sanciones de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que les excluyen de las grandes competiciones mundiales durante cuatro años, también ha sido severa. El primer ministro, Dmitri Medvedev, reconoció que el deporte ruso tiene "problemas significativos" de dopaje, pero inmediatamente después afirmó tajante que la decisión sin precedentes de la AMA es otro paso más "de la histeria antirrusa, que ha adquirido una forma crónica". Las sanciones, dijo, deben recurrirse ante el Tribunal Arbitraje Deportivo.
La bandera rusa de Rusia no podrá ondear en los Juegos Olímpicos del año que viene o en el Mundial de Fútbol de Qatar de 2022. Y eso es una humillación para el presidente ruso, Vladímir Putin, que ha saboreado durante años la idea de restaurar la imagen de superpotencia que tenía el país en la época soviética, y que ha destinado miles de millones de euros a la organización de los Juegos de Sochi en 2014 y al Mundial de Fútbol de 2018.
El ministro de Deportes ruso, Pavel Kolobkov, se apresuró a criticar el duro dictamen de la AMA, que también veta a Rusia de la organización de grandes torneos. Kolobkov aseguró que Moscú había hecho todo lo que estaba en su mano para colaborar en la investigación y acusó al máximo organismo contra el dopaje mundial de tomar su decisión basándose en datos dudosos y de fuentes poco fiables. El titular de Deportes ruso señaló que pueden recurrir las sanciones —tienen 21 días para preparar un caso— total o parcialmente. Además, deslizó que el castigo puede ser fruto de una decisión política.
Lo cierto, no obstante, es que en Moscú pocos se han sorprendido de la sanción. Aunque el presidente del Comité Olímpico Ruso, Stanislav Pozdnyakov, la tachó de "desproporcionada". En la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada), de hecho, esperaban el castigo, como reconoció ayer Margarita Pajnótskaya, una de sus directivas, a la agencia Tass. Rusada, con una nueva cúpula desde que volvió a estallar el escándalo, ha sido una de las voces más críticas hacia los casos de dopaje de sus deportistas. Su jefe, Yuri Ganus, que ha reconocido en distintas ocasiones que alguno de sus predecesores no hizo su trabajo correctamente, cargó ayer de nuevo contra los gestores del deporte nacional y les tachó directamente de "incompetentes".
"Se usan enfoques inaceptables de la vieja escuela. Necesitamos cambiar a las personas que promueven estos enfoques", dijo Ganus en una intervención que le costó durísimas críticas por parte del ministro de Deportes, que le ha llegado a acusar de interferir en el caso y de perjudicar al deporte ruso. Ganus sostiene que la cúpula deportiva rusa no acepta que Rusada sea un organismo independiente.
Algunas voces se han sumado a la crítica hacia la gestión interna de los casos de deporte que ha hecho Ganus. Sobre todo deportistas, como el cuatro veces campeón olímpico de Biatlón Alexander Tijónov o el campeón olímpico de Tenis Evgeni Kafelinkov. Sin embargo, las élites políticas y de los máximos responsables deportivos de las instituciones tratan en su mayoría de encuadrar el dictamen de la AMA en una supuesta acción de Occidente para frenar los logros del deporte ruso. El diputado y vicepresidente de la Cámara Baja Igor Lebédev reclamó una respuesta "dura" de las autoridades rusas. La ex patinadora y primera vicepresidenta del Comité de Exteriores de la Duma estatal, Svetlana Zhúrova, señaló que Moscú no se quedará de brazos cruzados: "Debemos luchar por los atletas, no tienen la culpa de esta historia".
Mientras, el secretario general de la federación de boxeo de Rusia, Umar Kremlev, se apresuró a definir como "estúpida" la decisión de la AMA. "He hablado con el equipo y nuestros boxeadores no quieren ir sin bandera ni himno", aseguró. Como Vasili Titov, jefe de las federaciones olímpicas rusas de deportes de verano, que acusó a la AMA de tratar de abrir "una brecha" entre los atletas rusos —que si demuestran estar limpios puede competir bajo bandera neutral— y el Estado. Y añadió: "No se trata de deportes, es puramente política".