“Por la regla del juvenil en Copa Chile, muchos equipos lo sufren, pero la verdad es que a nosotros nos benefició”. Con esta sincera confesión, Matías Zaldivia se refiere a la irrupción de los jugadores más jóvenes del plantel de Colo Colo, donde hay un elemento que ha destacado en los últimos compromisos: Vicente Pizarro. Con apenas 18 años, Vicho, como es conocido por todos en el Monumental, muestra condiciones llamativas para el puesto, donde su padre, Jaime, brillara en los 90, llegando a ser el capitán del Colo Colo campeón de América. A más de algún hincha, le vino el recuerdo al verlo jugar.
El mismo Zaldivia, al ser consultado, no dudó en alabar al joven volante y a otros valores que han surgido de la cantera: “Demostraron que están al nivel de todos y que son una alternativa, que no solo jugaron porque cumplieron minutos, sino porque lo están mereciendo en todos los entrenamientos. Estoy muy contento por ellos, porque hicieron grandes partidos y juegan con la tranquilidad de como si jugaran hace mucho en el primer equipo y eso lo logran por la constancia que tienen día a día y el sacrificio y la humildad que muestran en cada entrenamiento”.
El hijo del Káiser quiere hacerse un nombre y hoy es una alternativa válida para pelear la titularidad en el primer equipo, en un puesto donde hay jugadores de muy buen nivel, como Leonardo Gil y César Fuentes. Entre sus características más notorias se encuentra el extremo cuidado que tiene con su conducta fuera de la cancha. Manuel Crespo, exjefe formativo de los albos, resalta esta característica. “Vicente es un chico que todo el potencial que tiene lo va limando, lo va puliendo con el trabajo que realiza tanto en los entrenamientos como en casa... En cómo se cuida y cómo tiene en cuenta todos los aspectos que le puedan dar para mejorar”, sostiene.
Testigo de esos primeros años de desarrollo, el entrenador español resalta algunas cualidades que se han empezado a ver en el mediocampista. “Dentro del campo es un chico que aporta tanto a nivel ofensivo como en lo defensivo. A pesar de que siempre ha sabido ocupar posiciones más retrasadas, últimamente ha mejorado mucho en que va llegando al área y va definiéndose en ese último pase. Incluso, pisa el área contraria mucho más rápido de lo que lo hacía antes”, expresa.
Tanto Gustavo Quinteros como Crespo coinciden en la pulcritud que ha mostrador para administrar el balón. “No solo tiene potencial a la hora de recuperar balones y a la hora de defender, sino que también tiene mucho criterio con el balón. Entrega bien, y cualquier balón que pasa por él es un balón en el que pasa algo. No sale sucio. Al revés, salen limpias las jugadas cuando pasan por él. Siempre con sus pases progresa”, dice el formador hispano, quien también augura que en el futuro irán conociéndose más cualidades de su expupilo: “Su buen pie también le da una virtud más, que es en el balón parado. Es entendible que en Colo Colo al día de hoy no adquiera esas responsabilidades, pero poquito a poco, conforme vaya adquiriendo importancia dentro del equipo, va a asumir ese rol y va a ser un plus más que le dará a su juego”.
En ese mismo sentido, el actual jefe del fútbol formativo albo, Ariel Paolorossi, destaca las condiciones de Pizarro. “Es un chico muy aplicado, servicial, compenetrado. Nunca se queja y aprende día a día. Además, es muy querido por sus compañeros, quienes lo han ayudado en la inserción al primer equipo, junto con el proceso de acompañamiento que hemos ido realizando”, señala. Y agrega: “Nos pone contentos que cada chico que llegue al primero equipo lo haya hecho de manera correcta. Yo llegué en el 2019 y nos pone felices que se esté captando nuestra idea y la filosofía de que los chicos se vayan quedando en el primer equipo”.
Cambio físico
Cuando Pizarro estuvo bajo las órdenes de Crespo, era uno de los más privilegiados físicamente. “Sus números eran los mejores del club, atendiendo esa edad. Era un chico que cumplía a rajatabla todas las instrucciones que se le daban”, afirma el DT europeo.
Al llegar el cuerpo técnico de Gustavo Quinteros, se comenzó con un fuerte trabajo físico para darle herramientas a un plantel desbalanceado en esa línea. Así, en el caso de los jugadores más jóvenes y en el de Pizarro, se decidió establecer un plan para su fortalecimiento. “Vicente cuando llegamos pesaba siete u ocho kilos menos que ahora. Ahora se formó, ganó fuerza, musculatura, se preparó muy bien”, comentó el entrenador, el domingo tras clasificar a las semifinales de la Copa Chile, siendo Vicho uno de los mejores de la cancha.
Hugo Roldán, el preparador físico del Cacique, explica cómo llevaron a cabo este plan. “Nosotros hicimos medidas antropométricas con la nutricionista, donde le medimos todo lo que tiene que ver con la composición corporal: tejido adiposo, tejido muscular, tejido óseo, víscera, etcétera. De ahí, nosotros hicimos un análisis y la nutricionista dice ‘está en peso, pero necesita ganar masa muscular’, por la edad, por el puesto... En el caso de Vicente, necesitábamos aumentar la masa. Y no solo él, la gran mayoría la ha aumentado. Lo de él fue un poco más notorio, porque es un chico muy aplicado. Y como están en desarrollo, el cambio es más evidente que en un adulto o un adolescente mayor”, detalla.
En esa línea, el PF destaca que con todos los jugadores se ha llevado este mismo plan. “En nueve meses desarrollamos esta forma de poner a todos bien en la parte física. La idea es que siempre estén todos a disposición. En el caso de Vicho, a él le tocó la posibilidad después de siete u ocho meses, a otros les tocó antes, pero la idea es que estén todos preparados para que cuando les toque estén al nivel de Colo Colo”, afirma. Y pone como ejemplo a otro canterano: Luciano Arriagada. “Con él ocurrió lo mismo, le tocó entrar y estaba en condiciones. De repente, fue a la Copa América y estaba preparado. Esa es la idea, que cuando les toque estén al cien por cien”, sentencia.