Por estos días, Guillermo Coppola está en el centro de la atención. La serie El representante, que se emite en Star+, lo ha devuelto al primer plano. En sus capítulos se resume una vida intensa, que parte desde su pasado como empleado bancario y llega hasta el relato de sus momentos más intensos con Diego Maradona, la consular figura de la que condujo su destino. En el relato hay espacio para vivencias y anécdotas. Alegrías y sinsabores.
El agente volverá a Chile. Lo hará también en el marco de una veta que colinda con lo artístico: el 19 de abril, se presentará en el teatro Nescafé de las Artes. La temática es obvia: su relación con el Pibe de Oro. Presentará “El 10 y yo”, un show con características de café concert que, justamente, tiene que ver con el estrecho vínculo que cultivaron. Las entradas para el espectáculo ya están a la venta, a través del sistema Ticketmaster.cl. Cuestan $24.000 para el sector Platea Alta y $26.000 para Platea Baja. A esos valores hay que añadir los costos de servicio.
Amando a Maradona
El lazo entre Coppola y Maradona fue estrecho, aunque también consideró desencuentros. De todas formas, en casi todas sus intervenciones, el intermediario llena de elogios a su expupilo. “Para mi es un nuevo honor el poder estar en Chile compartiendo con un público que ama al Diego. Es un verdadero placer. Me encontraré con grandes amigos, de seguro haré nuevos y contaré nuevas historias para que vivamos un momento 100% futbolero conmemorando al Diego”, promete, respecto del espectáculo en que participará.
Cada descripción que Coppola hace de Maradona refleja su profundo cariño hacia el fallecido astro. “Maradona es la pelota. Así de simple. Jugadores hay muchos, hay grandes, infinitos, pero siento que él es único. Claro, te encuentras con alguien que lo ama profundamente, entonces es difícil dejar de decir este tipo de cosas, pero va a ser eterno, porque es la pelota. Y él dijo ‘la pelota no se mancha’. Y yo te digo ‘la pelota no se rompe’. El fútbol sigue andando, es un deporte que apasiona. Él lo denominaba ‘el deporte rey’ y el deporte rey se juega con la pelota. Y Diego es la pelota”, le dijo hace dos años, en el marco de una anterior visita a Chile, a El Deportivo.
En esa oportunidad, también se refirió a la controvertida muerte del campeón del mundo, que sigue siendo investigada por la justicia, con varios imputados pertenecientes al círculo que lo rodeó en sus últimos días. “Hay decisiones de la justicia fuertes, que marcan. Imputaciones graves. No solo para el doctor (Morla), sino para los que estaban alrededor. De todas maneras, te cuento, yo veo a Diego en el primer partido de la novena edición de la Copa Argentina, en la cancha de Quilmes. Me ve, emocionado. Salimos a la cancha abrazados. Terminó el partido, que ganó Gimnasia 2-0, fuimos al vestuario abrazados. Se reía. Era el Diego que yo conocía. No el mismo, pero divertido. Llamó a los colaboradores, a (Sebastián) Méndez. ‘Que Guille te cuente esta historia’, por la de la Ferrari o la de Japón. Me firmó el sillón a la vista de la gente y se lo di a un amigo. Semana siguiente. Jugaban Boca y Gimnasia en La Bombonera. Me dijo, ‘tráeme a tu hija’, por la más chiquita. Voy al vestuario y no era el mismo Diego. ¿Qué pensé? Cancha de Boca, vestuario visitante. Salió a la cancha con Dalma y el hijo de Giannina, Benjamín, su nieto. Yo tengo una platea que nos permitía tocarnos las manos. ‘Llámame, por favor’, le dije”, explicó en esa ocasión.
“No era el mismo Diego. Entonces, ¿lo mataron? Es duro. ¿Se preocuparon? Es muy fuerte decir que lo mataron. El 30 de octubre lo vi como cansado. Sale a la cancha de Gimnasia un Diego que no podía caminar, que no podía sostenerse en pie. Eso critico. A aquellos que lo llevaron, que no se supo nunca quienes fueron. Si fue la publicidad, si fue el doctor Morla, quién fue. Al que mostró esa imagen al mundo. Yo ni muerto lo hubiese sacado así. Tal es así que llamé al presidente de Gimnasia indignado y me dijo: “Guillermo, no tuve nada que ver. Entiendo tu enojo”. Era imposible de mirar. Yo estaba contento que estuviera en la cancha. Incluso cuando fue a México y la gente lo cargaba por el “eeeehhh” que se le iba”, añadió.