La fiesta grande del básquetbol está a días de vivir su 18ª versión. Las 32 selecciones ya viajan a China para vivir el Mundial 2019, buscando destronar a Estados Unidos como último campeón. Un certamen que motiva al mundo, pese al desprecio de varios jugadores de la NBA que se restaron.
Y aunque algunas estrellas como Anthony Davis, James Harden, Damian Lillard y LeBron James rechazaron ir con el Dream Team, sí hay quienes contestaron el llamado. Eso sí, un deslucido Estados Unidos defenderá los títulos de los dos últimos mundiales (tienen cinco en total). Jayson Tatum, Donovan Mitchell y Kemba Walker serán las estrellas norteamericanas a observar. Sin embargo, no hay muchas esperanzas sobre ellos, pues rompieron una racha de 13 años sin perder, tras caer ante Australia (que no tendrá a Ben Simmons) en un amistoso previo.
Brasil, Venezuela y Argentina son los representantes de Sudamérica. Los transandinos vienen de ganar el oro en los Panamericanos y en China se presentan con lo mejor. Liderados por Facundo Campazzo, quien renovó con el Real Madrid, buscarán un título que no consiguen desde el primer Mundial, disputado en su país en 1950.
Así, ante el panorama actual, el favoritismo se lo lleva el país que lidera el Power Ranking de la FIBA, listado que precisamente indica el equipo con más posibilidades de ganar: la Serbia guiada por Sasha Djordjevic y su armada NBA (Bogdanovic, Bjelica, Marjanovic y Nikola Jokic).
Eso sí, los serbios no son los únicos que tienen jugadores a tomar en cuenta. También estarán Giannis Antetokoumpo, que liderará a Grecia; Ricky Rubio y Marc Gasol, con España; Rui Hachimura junto al Japón dirigido por el argentino Julio Lamas; o Nikola Vucevic como estrella de Montenegro.
Y si de entrenadores connotados se trata. El histórico coach de los San Antonio Spurs, Gregg Popovich, estará junto a Estados Unidos. Así también, el reciente campeón de la NBA junto a Toronto Raptors, Nick Nurse, dirigirá a Canadá.
Un cónclave de básquetbol se lleva la atención por las próximas semanas. La naranja está en el aire. Y el próximo campeón, está por definirse.