Mutaz Essah Barshim le da el primer oro al anfitrión
El salador catarí se coronó bicampeón mundial con un brinco de de 2,37 metros, el mejor del mundo esta temporada.
Mutaz Essah Barshim, figura emblemática del deporte catarí, provocó el delirio de un repleto Khalifa Stadium al revalidar su título mundial en el salto alto. Lo hizo con un brinco de de 2,37 metros, el mejor del mundo esta temporada. Dos rusos que competían autorizados por la IAAF, Mikhail Akimenko e Ilya Ivanyuk, acompañaron a Barshim en el podio, ambos con 2,35m.
La presencia de Barshim, el icono del atletismo catarí, congregó a 50.000 espectadores, casi tantos como en las siete jornadas anteriores juntas.
Y es que era la final más esperada por los locales. Su equipo ya tenía una medalla, el bronce de Abderrahman Samba en 400 metros vallas, pero todos esperaban la victoria de su figura estelar, el segundo del ránking de todos los tiempos con 2,43m, a sólo dos centímetros del récord obtenido por el cubano Javier Sotomayor en Salamanca, hace 26 años.
Una lesión de tobillo del año pasado obligó a Barshim, el mejor saltador de altura del último decenio, a una recuperación a contrarreloj para llegar en condiciones de revalidar su corona mundial, pero con un mejor salto de 2,29 ni siquiera estaba en el top 10 del año.
Pero Barshim, bronce olímpico en 2012 y plata en 2016, campeón mundial bajo techo en 2014 y absoluto en Londres 2017, año en que fue declarado atleta mundial del año, supo ajustar su preparación al momento cumbre de la temporada y quedarse con el primer oro del anfitrión.
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