No hay duda de que Joaquín Niemann es un fuera de serie. Está llamado a ser la gran figura del golf chileno y en su primer torneo como profesional, el Valero Texas Open, del PGA Tour, el máximo circuito mundial, el chileno cerró su participación en el certamen con una brillante e histórica perfomance. Se ubicó sexto, con 276 golpes (-12). Por eso, la de ayer se transformó en una jornada gloriosa para el deporte chileno.

La actuación en San Antonio no sólo se constituye en la mejor personal, sino que significa la mejor que se recuerde del golf criollo en el PGA, pues supera el 22º lugar de Benjamín Alvarado en el Puerto Rico Open de 2015. El año pasado, además, el propio Niemann ya estuvo a punto de romper esa marca, cumpliendo una faena destacada en el Greenbrier Classic, donde finalizó 29º. En esa época, eso sí, todavía era amateur, una condición en la que se consagró como número uno.

Pero las señales del talagantino van mucho más allá de simplemente cumplir un notable cometido en el tour más importante del mundo, sino también van en la línea de la madurez que muestra en el campo, ya que a pesar de sólo tener 19 años, su fortaleza mental es la de un jugador avezado. Un golfista distinto, uno que sabe cerrar torneos y que sabe dejar los nervios en las instancias clave. Una característica que no es tan común en los exponentes nacionales. Ya en la segunda ronda lo había demostrado con creces, luego de superar el corte sin ningún inconveniente.

Y, justamente, en la jornada de ayer, el talagantino debía ratificar todo lo bueno que realizó en las anteriores, donde tuvo un paulatino ascenso: 72 golpes, el jueves; 70, el viernes; y 67, ayer. No era fácil lidiar con la presión, pero el golfista mostró su gran jerarquía y registró la misma cantidad de impactos del sábado, en una ronda donde muchos sucumbieron ante los nervios. Lo de Niemann fue tan bueno que le permitió entregar la segunda mejor tarjeta del día y trepar cinco lugares (había partido 11º en la clasificación). Eso también le permitió convertirse en el mejor extranjero de un certamen dominado por los estadounidenses. De hecho, el ganador fue el local Andrew Landry, con 271 impactos (-17).

Comenzó el día con birdies en los hoyos 5 y 6. Luego hizo bogey en el 10, pero se recuperó con un birdie en el siguiente. Otro más en el 14 lo encumbró. Sin embargo, en el 15 falló y perdió esa ventaja. Pero nuevamente la recobró en la siguiente estación y además la amplió en el 17, con otro birdie. Sus estadísticas en el campo fueron bastante buenas (por ejemplo, un 70,83% de greens en regulación), demostrando que sus sensaciones mejoraron mucho a lo largo del fin de semana.

Su participación la cerró a lo grande, volviendo a bajar el par. Sonrisa en su rostro y el saludo afectuoso con sus colaboradores reflejaban su satisfacción luego de una sobresaliente actuación. De esta manera, se consolidó como una de las grandes revelaciones del torneo. De paso, recibió un cheque de US$ 223.200, una de las cifras más cuantiosas recibidas por un chileno, aunque inferiores a las de Felipe Aguilar por sus triunfos en el Tour Europeo.

A Niemann se le abre un gran gama de oportunidades. Por ejemplo, este top 10 le permite participar automáticamente en el siguiente torneo elegible del PGA, la próxima semana en Carolina del Norte, aunque el chileno ya estaba invitado a ese evento (esta semana se juega el Zurich Classic, pero ese certamen es por parejas y no se considera).

Por eso, el equipo del chileno iniciará gestiones para que ese wild card se ocupe en algún otro campeonato a futuro y no se pierda la invitación.

Además, su desempeño en Texas, le permitirá ascender varias posiciones en el ranking mundial, donde hasta ayer apenas era 1.543º, por los 1,01 puntos que le dio el puesto 29 en el Greenbrier Classic, del PGA. Eso sí, si mantiene el nivel en torneos de esta jerarquía, la ilusión de verlo entre los mejores de esta clasificación se agiganta.

Chile está ante un deportista fuera de lo común, sólo comparable con irrupciones sobresalientes en otros deportes. Como la de Marcelo Ríos en el tenis. Por eso, las esperanzas en lo que pueda realizar el ex número uno del mundo amateur no tienen techo.