La desastrosa participación de España en la última Copa del Mundo propició el escenario para el inicio de un nuevo ciclo. Luis Enrique asumió la conducción del cuadro rojo tras el Mundial y, ahora, ya trabaja para intentar dejar atrás el trauma sufrido en Rusia. Por lo mismo, el adiestrador realizó una convocatoria en la que marginó del equipo a diez jugadores que estuvieron en la cita planetaria, iniciando, así, desde ya, el recambio generacional que enfrentará el próximo proceso mundialista, rumbo a Qatar 2022.

Pero además de la variación en los nombres, el estratega ha comenzado a implementar su política de manejo de grupo. En primer lugar, prohibió el uso de teléfonos celulares durante las comidas y en el camarín. Su idea es que los futbolistas conversen y generen una relación más cercana, como ocurre en los clubes, convencido de que una buena convivencia mejora el funcionamiento dentro de la cancha. También, dispuso que los entrenamientos se inicien a las 10 de la mañana, y no a las 12, como ocurría en el anterior ciclo con Julen Lopetegui.

Además, determinó que la concentración será cerrada y que no habrá días ni tardes libres. De cara a los encuentros ante Inglaterra y Croacia en el inicio de la UEFA Nations League, el combinado hispano viajará primero a Londres y luego directo a Elche, sin volver a Madrid, como ocurría anteriormente. En tanto, el estratega mandó también a todos los futbolistas a una exhaustiva medición con los fisioterapeutas y nutricionistas, obsesionado con la buena preparación de su plantel.

El estreno en cancha del asturiano será ante el representativo inglés; compromiso que se disputará este sábado (15.45 de Chile), en Wembley.