Rafael Nadal (3°) llega a su primera final en este 2021. Lo hace en un torneo que conoce y que ha dominado de manera prácticamente ininterrumpida desde su primer título en un lejano 2005, y es que el ATP 500 de Barcelona es sinónimo del jugador de Manacor. Hoy alcanza la instancia decisiva por duodécima oportunidad, tras vencer por 6-3 y 6-2 a su compatriota Pablo Carreno Busta (13°). En la cancha que literalmente lleva su nombre enfrentará a Stefanos Tsitsipas (5°) para levantar su trofeo número 12 en Cataluña.

Fue una de las mejores actuaciones de Nadal en lo que va de la gira de polvo de ladrillo. No ha sido un inicio facial, pensando en su temprana eliminación de Montecarlo y que en Barcelona ha venido cediendo sets a lo largo de la semana. Por eso la victoria la celebra con el puño apretado. Mostró un gran tenis y pese a que tuvo problemas para cerrar el primer parcial (de estar 5-1 quedó 5-3, teniendo que jugar 16 puntos en ese juego para abrochar el set) logró mejorar sensaciones. Ha dicho que eso es lo más importante y lo ha demostrado en la pista.

Enfrente estuvo un Carreño Busta que sigue sin poder tomarle la mano a su compañero de equipo en la Davis. Con esta son ocho derrotas ante Rafa, en ocho partidos jugados. En polvo de ladrillo ni siquiera ha podido ganarle un set. Una cifra que demuestra lo que representa el actual número tres del mundo cuando juega en arcilla. Además, logró su victoria 451 en la superficie, transformándose en el único jugador en la Era Abierta en llegar a ese dígito en dos tipos de cancha distintos. El partido lo cerró con un contundente 6-2 en el segundo set.

En la final contra el mejor del año

El rival de Nadal en la instancia definitiva será el jugador de moda, Stefanos Tsitsipas. El griego ha tenido un 2021 soñado, en cual se ha transformado en el tenista que más puntos ha ganado a lo largo del año. Además viene de levantar su primer Masters 1000, en Montecarlo.

Un momento estelar el que vive el jugador de 22 años. No ha cedido sets en el Conde de Godó (nueve encuentros al hilo sumando los del principado) y partido a partido demuestra un ritmo endiablado y potente. Si antes se le criticaba su irregularidad, esta temporada ha demostrado que esos fantasmas son cosas del pasado. Por eso entiende que es un gran momento para tomar revancha de la final de 2018 ante Rafa. En aquella ocasión perdió por 6-2 y 6-1 el encuentro por el título en Barcelona. Pero ese Stefanos era otro.

Tras vencer a Sinner por doble 6-3 abrochó su segunda final consecutiva, y la décimo quinta en su carrera (seis en arcilla). Números que demuestran que se puede dar la sorpresa el día de mañana (domingo). El griego espera que así sea, se aferra a su buen momento y a que en el último encuentro entre ellos fue él quien apretó el puño. En frente estará el mejor jugador en polvo de ladrillo de la historia.