La propuesta de quitar la Copa Davis de circulación es arriesgada, pero empieza a encontrar voces importantes a su favor, como la de Rafael Nadal. "Cuando una cosa no funciona a la perfección hay que buscar soluciones, hace años que esto es así. Es una buena iniciativa que puede funcionar, ojalá tenga éxito", sostuvo el actual 2º del mundo.
El mundial de tenis que se estudia hacer a partir de 2019, sin embargo, es un cambio radical a las tradiciones del tenis. Es dejar la mítica Copa Davis de lado. Lo mismo no demoró que la propuesta liderada por Gerard Piqué también encontrara detractores. El primero: el francés Lucas Pouille, 15º de la ATP. "Para mí, es una sentencia de muerte para la competición. Ya no puedes llamarlo Copa Davis. Si no juegas en casa o en el país de tu rival, ya no es Copa Davis. Cualquiera que haya vivido un partido de la Davis sabe que es diferente. Así ya no será lo mismo ni el mismo ambiente. Creo que es una idea muy mala", afirmó en conferencia de prensa.
En el mismo país, campeón reinante de la competencia en peligro de extinción, Yannick Noah, head coach del equipo galo, extenista y ganador de Roland Garros, también se manifestó en contra de los cambios. Tuitió: "El fin de la Copa Davis. Qué tristeza. Han vendido el alma de una prueba histórica. Perdón señor Davis".
Amelie Mauresmo, ex número uno del mundo, también gala, por su parte, expresó: "Lo que yo entiendo es que todo el mundo estaba pidiendo a la ITF una evolución de la Copa Davis y ellos han salido con una sentencia de muerte para esta competición. El espíritu de la Copa Davis desaparecerá para siempre con este campeonato de una semana en noviembre. Sin eliminatorias en casa o fuera, sólo tres partidos para decidir cada confrontación".
En Bélgica, finalista de la última edición, el presidente de la federación, Andre Stein, se manifestó "absolutamente en contra" de la iniciativa.