Desde que comenzaron los rumores de una posible dupla Alcaraz-Nadal, el mundo del tenis puso sus ojos sobre los dos españoles. La idea de tener al mejor jugador del mundo, campeón de Roland Garros y Wimbledon, en el mismo lado de la red que el 14 veces ganador del Abierto de Francia y segundo hombre con más títulos de Grand Slam, quitaba el aire.
“No me he atrevido a preguntarle lo del dobles en París”, confesaba el murciano de 21 años meses atrás. “No tiene que preguntarme nada, si no hay nada extraño jugaremos. Es una gran ilusión para mí”, respondía con claridad la leyenda ganadora de 24 Grand Slams. Así, el anhelo del mundo tenis se transformó en realidad.
Y este 27 de julio aparecieron por primera vez en la cancha de la Philippe Chatrier, estadio principal de Roland Garros, lugar donde se disputa el tenis de los Juegos Olímpicos de París. Enfrente estaba el binomio argentino compuesto por Máximo González y Andrés Molteni, dos jugadores, a que a diferencias de los españoles, son especialistas en dobles. De hecho, llegaron a la cita de los anillos como los sextos mejores clasificados del cuadro.
Por lo mismo el encuentro estuvo lejos de ser un trámite. Nadal y Alcaraz mostraron un juego repleto de puntos de espectáculo pero con evidentes desconexiones, algo lógico para dos tenistas que nunca habían jugado juntos antes de aterrizar en París. El manacorí se mostraba mejor en ese escenario desconocido, potenciado obviamente por sus 20 años de carrera al máximo nivel. Además, ya sabía lo que era jugar dobles olímpicos, consiguiendo el Oro en 2016.
Una paridad constante llevó al primer set a tener que definirse por el tiebreak. El segundo en cambio, comenzó totalmente inclinado al lado argentino, quienes llegaron a ponerse 3-0. Pero ese resultado es engañoso, sobre todo si se piensa que solo los separaba un quiebre.
La pareja española no solo remontó esos tres juegos, sino que logró ponerse 5-4 en ventaja tras concretar un segundo quiebre en el segundo set. Con Nadal al servicio, la dupla española no falló. Celebraron juntos al asegurar su paso a segunda ronda. El mundo tendrá al menos una oportunidad de ver a dos jugadores únicos. Uno que dominó el polvo de ladrillo sin resistencia. Otro, que en sus primeros años ya promete ser uno de los mejores de la historia.