El negro 2018 del Halcón

El presente no ha sido un año ideal para Paulo Garcés. El doping que se confirmó es sólo un episodio más de los sufridos recientemente por el arquero, que ahora que salía de una lesión, ve en duda su vuelta al arco de Antofagasta.

Cuando se disputaba la tercera fecha del Campeonato Nacional llegó la primera mala noticia. Los nortinos visitaban a Unión Española en Santa Laura, pero Garcés sólo estuvo 20 minutos en cancha. Un choque con Sebastián Jaime lo dejó tirado en el suelo y con sangre en su cabeza. Tuvo que salir del estadio en ambulancia. ¿El diagnóstico? Una fractura nasal y una herida contusa dorso nasal y región supraciliar que, sin embargo, no le significó perderse partidos con el CDA, pero sí jugar con un llamativo protector en la cabeza.

En la décima fecha volvió la tempestad a la aparente calma que había alcanzado el portero. Jugando ante San Luis, en el Calvo y Bascuñán, las lágrimas lo invadieron debido a una nueva lesión. Dejó su puesto a Hurtado a tres minutos del final. Luego se confirmaba que había sufrido un esguince en los ligamentos cruzados, anterior y posterior, de su rodilla izquierda, y un edema óseo en el fémur.

Su tiempo de recuperación indicaba perderse las dos fechas siguientes, ante Audax y Temuco, para volver este fin de semana ante Universidad de Concepción. Un retorno que, por ahora, se mantiene en suspenso.