El argentino (a punto de cumplir los 60 años) que le cambió la cara al vóleibol chileno no logró el sueño de entrar en la cita de los anillos por primera vez en la historia.

¿Qué sensación le deja el Preolímpico?

Primero, tristeza por no haber conseguido clasificar a Tokio. Aunque entendiendo que esta clasificación a nosotros nos llegó antes de lo que habíamos previsto. El nuestro es un equipo muy joven, pero bueno, teníamos la posibilidad. En lo deportivo, jugamos un buen vóleibol. Estuvimos bien contra Venezuela, que nos superó jugando mejor; y le ganamos a Perú y Colombia.

La derrota el primer día ante Venezuela sentenció la no clasificación. Un rival al que Chile derrotó en el pasado Sudamericano.

Sí. Pero no fue algo inesperado. Este es otro equipo. Hay como seis jugadores nuevos que no estuvieron en el Sudamericano. No es muy relevante lo que pasado antes en distintos torneos. Los torneos se toman de distinta manera. Por ejemplo, hace dos años, Venezuela salió subcampeón sudamericano y en el posterior salió cuarto. El alto rendimiento es así, especialmente en el deporte con pelota. Cuando la pelota está en el aire puede pasar cualquier cosa.

Usted había mencionado en varias ocasiones que Tokio era el objetivo principal. ¿Es un fracaso no clasificar?

Fracasar es no haber hecho todo lo posible por lograr el objetivo. Gracias a que Brasil y Argentina clasificaron por sus respectivos torneos intercontinentales, nosotros nos vimos con esta posibilidad. Uno no siempre se plantea objetivos que sean fáciles de cumplir. Nosotros nos planteamos un objetivo muy difícil de cumplir y no considero un fracaso no haberlo hecho.

¿Seguirá trabajando en la selección chilena?

Veremos.

¿No cumplir el objetivo lo hace pensar en la renuncia?

Veremos. No me cambia nada el haber ganado o perdido, nunca me ha cambiado nada. Eso no cambia mis decisiones.

Trabajo de cuerpo

En el equipo dicen que es medio brujo, que adivina las tácticas del rival.

No, nada que ver. Lo único que hago es ver el partido. Tengo un cuerpo de entrenadores que me apoya en eso y me va diciendo determinadas características del rival en determinadas ocasiones, y tengo apoyo tecnológico para tomar decisiones. No apelo a ninguna brujería.

¿El próximo desafío?

La Copa Panamericana, en septiembre. Iremos tratando de mostrar nuestro mejor juego.

¿Van por el oro?

No lo creo.