El brasileño Neymar y el uruguayo Edinson Cavani parecen haber firmado una tregua sobre quién debe lanzar los penales del París Saint-Germain, un conflicto que amenazó la estabilidad del vestuario.

Tras el mediático altercado que ambos protagonizaron el 17 de septiembre en el duelo contra el Lyon, primero sobre el césped y después en los vestuarios, los dos jugadores mostraron una entente cordial anoche frente al Troyes, cuando el árbitro marcó la pena máxima.

Primero fue Neymar quien se dirigió a lanzar, lo que hubiera supuesto la tercera consecutiva del brasileño, tras los que lanzó frente al Burdeos y al Mónaco.

Pero el Parque de los Príncipes, en cuyas gradas faltaban por sanción los grupos más radicales, comenzó entonces a gritar el nombre de Cavani, convertido a base de goles en el ídolo de los aficionados.

El brasileño, el jugador más caro de todos los tiempos, que no oculta su ambición de ganar el Balón de Oro, no fue ajeno a ese ruego y cedió la pelota a su compañero, que persigue borrar el nombre del sueco Zlatan Ibrahimovic en el palmarés de máximos anotadores de la historia del PSG.

Como ya sucediera en el litigioso penal contra el Lyon, Cavani falló la pena máxima después de que el portero del Troyes adivinara su intención.

Pero el episodio muestra bien la voluntad de ambos jugadores de no convertir el asunto sobre las penas máximas en un tema que pueda afectar a la paz del grupo.