El talento de Neymar parece no tener límites. Y su voluntad de regalarlo, tampoco. El astro brasileño aprovecha cada entrenamiento del París Saint Germain para dejar claro que se trata de un jugador distinto, incluido inserto entre los mejores del mundo.
Hoy, de hecho, el delantero surgido en el Santos dio muestras de su ilimitada capacidad y regaló una jugada que da vueltas al mundo. Sus compañeros primero lo sufren. Y después, rendidos, no hacen más que aplaudirlo.
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