Universidad de Chile ni siquiera pudo con un hombre más. El cuadro de Rafael Dudamel perdió la oportunidad de ser líder del campeonato al caer por 0-1 ante Everton de Viña del Mar, equipó que jugó con un futbolista menos durante 50 minutos. Un desempeño paupérrimo de los azules, quienes no logran convencer y siguen siendo tremendamente irregulares bajo el mando del técnico venezolano. En Everton, por el contrario, celebran: vuelven al triunfo tras cuatro fechas sin conocer de abrazos.
Al igual que ante Deportes Antofagasta en la fecha pasada, la roja a Álvaro Madrid vino a aliviar a la U. Ante los nortinos, la expulsión a Lukas Soza encaminó el triunfo por 2-1 del conjunto laico, pero ante los ruleteros no sucedió lo mismo. Por el contrario, la polémica expulsión —Gilabert debió revisar la falta en el VAR— acentuó todavía más el mal juego de los universitarios, que no pudieron sacar provecho del hombre de más.
Antes de quedar con uno menos, Everton mostró ser más claro en el desarrollo del juego, aunque sin crear demasiado peligro. El planteamiento de Dudamel escoró demasiado a Pablo Aránguiz, lo que impidió que el talentoso joven manejara la pelota para sus compañeros. Por el extremo izquierdo, Luján no desequilibró, mientras que en el centro Larrivey ni la tocó. Y es que en el primer tiempo, la U no registró ningún remate al arco.
En el complemento, una tonta mano de Camilo Moya tras un control de Cecilio Waterman selló el destino de la U ante Everton. La jugada fue revisada con el VAR y Gilabert decretó la pena máxima: la pelota daba en el brazo extendido del mediocampista, a los 53′. Waterman concretó el gol y le dio una inesperada ventaja a Everton, que defenderían con todo durante el tiempo restante.
Dudamel comprendió su error: sacó a Moya e hizo ingresar a Thomas Rodríguez. El ex U. la Calera ocupó la punta y Aránguiz volvió al centro. Su presencia en aquel se sector se notó, pero solo durante los primeros minutos. La más clara para los azules nació desde sus pies: entregó para Larrivey, este le devolvió el balón, y Aránguiz remató con fuerza apenas por sobre el travesaño. No hubo más.
La U no tuvo idea de qué hacer para batir el arco de Everton. La pelota rodó de un lado a otro sin ningún tipo de claridad o idea, así que los centros se transformaron en el único recurso, confiando en que Larrivey tendría una oportunidad para marcar el empate. Y la tuvo, a los 89′, tras un genial centro de Aránguiz, pero la cabeza del argentino apenas rozó la pelota que terminó yéndose por el costado.