Nicolás Carvacho: “Después de esta adversidad estaré listo para ir por un lugar en la NBA”
Desde su cuarentena en Nashville, Tennessee, el pívot de 2,11 metros analiza su éxito en el básquetbol universitario, lleno de récords. Se proyecta en grande una vez que termine la crisis del coronavirus: quiere ser el primer chileno seleccionado para la súper liga estadounidense.
En Nashville, donde la música country tiene su cuna y los turistas siempre llegan a montones, el silencio recorre las calles. La pandemia del Coronavirus tiene a las personas en sus hogares, los eventos cancelados y los acordes sin sonar. Cuarentena. Cerca de 200 personas en el estado de Tennessee se han contagiado con el Covid-19. Y allí, en la capital estadual, es donde Nico Carvacho (2,11 metros; 23 años) se refugia.
El basquetbolista viajó desde Colorado a la casa de su padre, Eddie, su herencia chilena, donde estará hasta mayo terminando a distancia la única clase que le resta para graduarse de comunicador con énfasis en marketing deportivo. Eso en lo académico. En lo deportivo, el hombre récord de Colorado State University, el idolatrado pívot, The Big Chile (como le llaman allá), deja atrás su elogiada etapa en la NCAA y se enfoca de lleno en la NBA. El desafío es ese y el Covid-19, un obstáculo más.
Producto de la pandemia, hasta la mejor liga de básquetbol del mundo suspendió su calendario. No hay certeza de cuándo se retomará ni menos de pensar en la próxima temporada, a la que Nico aspira entrar. Inicialmente, el draft está programado para julio y, de momento, cualquier cambio de fecha o cancelación son especulaciones. Nada oficial. Tal vez el sueño se aplace, pero el chileno confía en estar preparado en el momento que sea. “Esto está afectando a todos. Me vine desde la universidad. Todas las temporadas en los deportes están parando. Es una de esas cosas que no dependen de ti. Tenemos que esperar que pase esto. Después de que pase esta adversidad estaré listo para ir por un lugar en la NBA”, dice Nico a La Tercera, al teléfono desde Nashville.
Lo cierto es que a Carvacho lo están siguiendo. Los récord de doble-dobles que rompió, el haber sido máximo rebotero de toda la NCAA en su tercer año, el ser el máximo reboteador histórico no solo de Colorado State, sino de toda la conferencia Mountain West, lo pusieron en el mapa. “Los números dicen que soy uno de los mejores en la historia de la conferencia, pero para mí lo más importante es el respeto que me muestran. Los entrenadores me dicen que es un honor jugar en contra. Eso es todo lo que quiero”, comenta con humildad.
El pívot está en conversaciones con ocho agentes. Una vez que firme con alguno, ahí tendrá gimnasio, nutricionistas, entrenadores, preparadores físicos y profesores que lo entrenen para impresionar en el draft.
Al chileno ya le recomendaron mejorar sus lanzamientos largos, una función que no pudo cumplir mucho en su último año universitario. “Sé que puedo lanzar de tres, pero por el estilo de juego en Colorado no tenía mucha posibilidad de mostrar a los veedores que puedo hacerlo. En la NBA buscan jugadores que puedan anotar de tres y eso me dará más chances”.
El ídolo de Colorado
Los años de Nico Carvacho en Colorado State fueron de total crecimiento. Atrapó 1.280 rebotes en cuatro temporadas. Ya está dicho, un récord. Y lo hizo en un equipo que no ocupa los primeros lugares de la NCAA.
En su tercer año fue líder de todo Estados Unidos. Tras eso debió operarse del hombro y estuvo más de cuatro meses recuperándose. No tuvo pretemporada y el inicio de su última campaña fue lento. De a poco se fue poniendo en forma. Estaba llamado a ser el líder de su equipo. Él así lo sentía y se hizo cargo del rol. “El quinteto inicial eran dos de primer año, dos de segundo y yo”, dice Nico. “Tenía que liderar. Era mi último año junto a un montón de chicos nuevos. Era el A, B y C en el reporte de los otros equipos. Hacía que las defensas hicieran un esfuerzo mayor para marcarme. Eso abría muchos espacios para que los jóvenes pasaran y nos ayudó durante toda la temporada”, añade, consciente de su importancia.
“Sabía que sería como el ‘padre’ del grupo, el hermano mayor, así que ese era mi objetivo. Me lo tomé con mucho orgullo, era una de esas cosas que realmente quería hacer”, dice Nico.
Con el paso de los partidos, fue creciendo en importancia. Ya no era un jugador más. Se lo hacían sentir: “Tenía buena relación con los fanáticos. Es una forma de devolver que ellos están siempre sin importar lo que pase. Tomo con orgullo sentirme parte de la comunidad”, relata el centro, quien por estos días casi no sale de casa.
“Nunca pensé que lo que fue pasando en mi carrera fuera posible. Solo seguí trabajando y cuando empecé a ver los números, ver que estaba cada vez más cerca, que estás liderando y haciendo récords, me motivé con tener mi nombre en el número uno. En los libros de récords empezó mi meta para dejar un legado”, cuenta Carvacho. Su objetivo, hasta ahora, se cumple. Eso sí, lucha por otro récord, el más importante de todos. El tiempo universitario llegó a su fin. Reina una mezcla de sentimientos en el mejor proyecto de básquetbol chileno en la actualidad. Está emocionado y, claro, un “poco nervioso” por finalizar la universidad y enfocarse en el draft. “Es emoción y alegría. Es un nuevo comienzo, estoy nervioso como cuando pasé de la escuela a la universidad, como en un primer año. Estoy entusiasmado de buscar mis metas y también por Chile, de poder ser el primero en la NBA”.
Tras cuatro temporadas, Carvacho dejará su casa de estudios en dos meses. Ya no entrena ni viste la camiseta de los Rams y es la nostalgia la que llena su memoria. “Tengo muchos recuerdos. Tuve altos y bajos, pero siempre me mostraron la determinación, la lealtad a Colorado State, el progreso por los récords, por la universidad y los fanáticos”, sentencia el pívot.
La Roja cestera
No son muchos los partidos que Nico Carvacho ha jugado en la selección chilena, pero es el equipo que él decidió defender. De origen criollo por parte de su papá, el gigante seguirá la senda que inició en 2013, cuando disputó el torneo de América Sub 16. También tiene en el cuerpo una gira Sub 18 y el Sudamericano adulto de 2016, en Caracas, compartiendo con algunos jugadores que actualmente forman parte de la Roja.
Aunque nació en Estados Unidos y no habla español, Carvacho tiene clara su decisión. “Tuve la oportunidad de estar en Chile cuando era más joven. Estuve en Viña, en Santiago y en el sur. No imaginaba formar parte de un equipo con LeBron James, Steph Curry, eso estaba fuera de opción. Jugar por Chile, llevar ese orgullo, fue una gran oportunidad”, expresa Nico. “Estuve en la Sub 16 con Felipe (Haase), jugué el Sudamericano con Seba (Herrera), Chapa (Sebastián Suárez). Aún hablo con ellos. Hablamos del futuro, de lo que queremos lograr”, resalta.
Nico jugó solo seis minutos en las Clasificatorias rumbo a China 2019. Fue ante Colombia en la tercera ventana de la primera ronda. Y ahora no pudo estar en el inicio del camino a la Americup 2021. Eso sí, el nacido en Hendersonville (Tennessee) vio los partidos y dice que está dispuesto a volver a vestir de rojo. “Mi papá hablaba con la Federación mientras yo estudiaba. Era muy difícil jugar Clasificatorias y viajar por un fin de semana y volver. Ahora que terminé la universidad me da más tiempo. Verán mucho más de mí en la Selección”, anuncia.
La intención es que Nico y la selección completa estén disponibles para el cuadrangular que está organizando la FebaChile para mitad de año. Sin embargo, los planes están sujetos a revisión por el coronavirus. De suspenderse, lo más próximo sería en noviembre, cuando Chile juegue ante Argentina en la segunda ventana clasificatoria al torneo americano. “Ojalá pueda estar. No sé qué pasará con todo lo del coronavirus, ni cuándo empiece la NBA. Pero si tengo la oportunidad, estaré”, dice.
En la cuarentena de Nashville se prepara el chileno. El objetivo es llegar al mejor básquetbol del mundo. También hay un plan B: “Mi primer objetivo es llegar a la NBA y si ocurre una adversidad y no sucede, tendré que luchar. Hay muy buenos clubes en Europa. Jugar la Euroliga también sería muy bueno y creo que en Chile aún no hay nadie cerca de lograrlo”.
Lo más próximo es impresionar en el draft. Objetivo y no sueño, pues él mismo dice que ya cumplió lo que anheló de niño. “Jugaba fútbol, fútbol americano, básquetbol, béisbol, lo que sea. Mi sueño era convertirme en deportista profesional, hacerlo parte de mi vida”. Una vez cumplido, subió de nivel: “Ahora mi deseo es convertirme en el primer chileno en la NBA”. Un anhelo que ni el Covid-19 puede derribar.
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