La pesadilla de Nicolás Castillo no para. El delantero chileno, de opaco rendimiento en el América de México, sufre un nuevo golpe: una trombosis en la arteria femoral superficial.
El problema se produjo después de que el atacante fuera sometido a una intervención quirúrgica para reparar y reinsertar el recto femoral del muslo derecho. Sin embargo, luego de ese procedimiento presentó la trombosis, por lo que debió ser operado nuevamente, esta vez, por un cirujano vascular periférico. De acuerdo a lo que informa su equipo, el cuadro obstructivo fue revertido en su totalidad y el jugador permanece estable y en observación por un plazo de 48 horas, que comenzó ayer.
La situación alarmó en la Selección. El cuerpo médico de la Roja, encabezado por Fernando Yáñez, se contactó con sus pares del América para seguir el proceso. Hay optimismo, pues el proceso no alterará su recuperación de la lesión por la que fue intervenido originalmente.
De todos modos, su regreso a las canchas se producirá en un plazo de tres a cuatro meses, por lo que se perderá las primeras dos fechas de las Eliminatorias para el Mundial de Qatar, en las que Chile visitará a Uruguay, en Montevideo, y recibirá a Colombia, en Santiago.
Albrecht Helmut Kramer, cirujano vascular de la Clínica Universidad de Los Andes, explica qué pudo haber ocurrido en el caso de Castillo. "Es probable que haya habido una iatrogenia. Es decir, una complicación en el procedimiento, donde los retractores, que son los instrumentos que mantienen abiertos los bordes de la herida, para operar el tendón seccionado o unos mangos de isquemia, hayan comprimido la arteria y producido una trombosis de la arteria (coágulo). Esto requiere un procedimiento para reconstruir el flujo de sangre a la pierna".
Kramer también explica las formas en que se puede solucionar un problema de esta envergadura: "En este caso no se precisa cuál fue la manera. No obstante, existen dos técnicas distintas: trombectomía o by pass".
Sobre las consecuencias, el profesional cree que Castillo no debería tener mayores inconvenientes y que es poco habitual que se repita. "Puede hacer su vida normal y en general las personas tardan entre tres o cuatro meses en recuperarse. Eso sí, va a necesitar controles periódicos y, si le efectuaron un by pass, serán mucho más rigurosos", dice.