La sonrisa en el rostro de Nicolás Jarry (99°) no cesa. Camina por los pasillos del Club de Polo tras su coronación del Challenger de Santiago II y es felicitado por la gente. Absolutamente todos le dan un abrazo o una palmada en la espalda. Se le nota tranquilo a pesar de conseguir ubicarse dentro de los 100 mejores tenistas del orbe. Antes de marchar a Río de Janeiro, donde mañana arrancará su participación en el torneo brasileño, debutando ante el local Thiago Seyboth, charla con eldeportivo para realizar un balance de la semana, su ingreso al Top 100 y sobre su ingreso al Open de Australia de la siguiente temporada. "Me imagino estando feliz en el camarín sintiéndome uno más del grupo", adelanta.
¿Con qué sensación amaneció ayer tras el título?
La verdad es que es imposible describirlo. Nunca olvidaré lo que viví el sábado y toda la semana. Siempre crecí con un campeonato dirigido por mi abuelo y ahora ganar uno que lo hacen mis papas y mis tíos, es increíble. Lo disfruto mucho más con todo lo que significó ganar junto a ellos. He tenido la suerte de tener una familia que desde chico me inculcó este deporte y a un abuelo que fue tenista. Lógicamente que me ha ayudado muchísimo el tenerlo a él. Siempre está aconsejándome e intentando que sea mejor tenista, tanto fuera como dentro de la cancha. Pero se dio de manera increíble, podré entrar a mi primer Grand Slam directo y meterme top 100. Lo que conseguí, es el sueño de todo tenista. Estoy muy satisfecho por mi nivel durante todo el campeonato.
¿Cuánto significó que su abuelo y tía le entregaran el trofeo?
Sentí que ellos me dieron la entrada al Top 100. Estaba bien preocupado de no llorar, pero cuando estaba sentado se me salió alguna lágrima. Era normal en todo caso. Fue una semana muy intensa desde las emociones. Además que el año pasado fue muy duro en este mismo torneo. Perdí en primera ronda y ahora ocurrió todo lo contrario. El saber que voy por un muy buen camino me emocionó mucho. Es increíble realmente tener a la familia tan cerca de uno y que vean tus logros, es como si lo vivieran contigo dentro de la cancha. Tengo dos familias de tíos y primos que viven fuera de Chile, y que ellos estuvieran presentes, lo hizo muy especial. Se dio todo de la mejor manera, tanto dentro como fuera de la cancha.
¿Cómo vivió la noche previa de la final?
Por suerte pude quedarme dormido muy rápido. Pero antes pensé en lo lindo que podía ser al ganar con mi familia y en casa. Estaba nervioso, pero lo pude controlar. No fue como la noche previa a mi primera final de challenger donde me quede dormido cerca de las cuatro de la mañana.
Se metió dentro del selecto grupo de los 100 mejores del mundo. ¿Qué dice?
Es algo muy bonito, que me ayudará en el aspecto motivacional para seguir entrenando y luchando por mis sueños. Ahora estoy contento por estar 100, el día de mañana voy a querer estar 80 y siempre vas pensando en más alto. Es lindo completar las metas que uno se va proponiendo, pero son sólo números. Podré jugar varios ATP y eso a uno lo motiva porque llegas al nivel donde siempre quisiste estar. Trabajo día a día junto a mi equipo para jugar con los mejores jugadores del mundo. Ahora lo podré hacer y eso me tiene satisfecho.
Jugará el Open de Australia sin venir de la clasificación. ¿Cómo se lo imagina?
Sí, la verdad es que es una sensación tremenda. Me imagino estando feliz en el camarín sintiéndome uno más del grupo. Por el hecho de no jugar la qualy, más descansado. Tengo claro que estaré nervioso, pero eso es lo lindo.
Su preparador físico, Mario Soto, comentó que la clave de su exitoso 2017 se debe a que se tomó la vida del tenista de manera profesional. ¿Comparte su visión?
Sí, siento que las victorias de este año comenzaron cuando empecé a opinar sobre mí al interior del equipo de trabajo que me guía. Antes seguía las indicaciones de mi entrenador Martín Rodríguez y ahora las tomamos en conjunto. Tengo sensaciones excelentes con mi equipo y lo bien que estamos haciendo las cosas se refleja en las decisiones que tengo que tomar a cada segundo dentro de la cancha. Estoy teniendo mucha tranquilidad y concentración dentro al momento de jugar. Las rutinas previas al partido las estoy haciendo sumamente profesional y después también. Son aspectos claves para que un deportista pueda seguir creciendo.
A mitad de año decía que su meta era estar dentro del Top 150. Ya lo consiguió. ¿Qué viene ahora?
Es cierto, pero estas metas de ranking son secundarias. Lo principal es ir mejorando en el nivel de entrenamiento y competencia dentro de la cancha. La clave para seguir subiendo y en lo que me estoy enfocando y esforzando es conseguir que las rutinas y ejercicios que hago en el entrenamiento las pueda traspasar a la cancha de tenis bajo presión, nervios y miedos que te vienen cuando estás en frente de un oponente. Antes me pasaba que mientras estaba bajo presión, me salía de lo que tenía que hacer y es obvio que es cuando uno se equivoca y pierde partidos. En el tenis tienes que intentar mantener la cabeza fría en los momentos de máxima tensión y creo que ahí es donde más fuerte estoy. Volviendo a lo del ranking, es una meta aparte. Uno siempre va a querer más. Cuando llegas al número uno del mundo, vas a querer estar de por vida allí.
El siguiente desafío será Río de Janeiro. ¿Como aterriza las emociones para enfocarse nuevamente?
Es difícil, pero es el último torneo del año. Iré con las mismgas ganas que tuve en Santiago. Ha sido un 2017 increíble. Nunca pensé que sería así. Jugué dos Grand Slam y gané tres torneos Challenger. Todo esto lo conseguí gracias a la dedicación que estoy metiéndole día a día a todo. Estoy consciente de que el tenis es de semanas y ahora me puede ir mal o también podría seguir con mi buen nivel. Pero de cabeza estoy muy bien y sumamente concentrado sabiendo las cosas que tengo que hacer.